domingo, 18 de marzo de 2012

Cosas de domingo, 18 de marzo de 2012




Ya he terminado de leer el librino que mi amigo me regaló, "Invierno en Madrid".
Ya suponía que no terminaría nada bien a medida que iba leyendo, porque parece que esto es algo intrinseco a los autores, que tienen que matar a quien sea para darse pisto.

Todavía estoy esperando alguna publicación que acabe bien porque nunca la he encontrado. Se ve que eso de matar hasta al gato vende mucho y aunque en esta novela se matan a unos cuantos hijoputas, el asesinato de un personaje inocente me ha cabreado mucho y el final resulta una estupidez sin cabeza ni pies porque el personaje más odiado vuelve a aparecer en escena años más tarde, y ahí se acaba la trama infumable, en una incógnita que ya no despierta interés visto lo visto porque es previsible y tonto por completo.

C.J. Sansom, el autor, es un tonto del cogote, un payaso jugando con la Guerra Civil española y la pos guerra. Un simple juego tonto y absurdo, metiendo enmedio a los británicos como "Caballeros de San Jorge",  en referencia a las casas reinantes, cuando en realidad, ellos de "caballeros" tienen muy poco y la misma novela lo deja claro.

Un thriller con final previsible.

Sólo es una crítica a la novela, que conste que no obvia el regalo de la misma, JV, pues he pasado unas horas muy entretenidas con ella ;D

¡Gracias!

17 comentarios:

  1. jajaja, mira que tildar de malvado al buscavidas de...ahora no recuerdo el nombre. Es un personaje simpatico, lastima que no haya una segunda parte con sus andanzas en la Argentina de Perón.
    Si es una pena la muerte de la novia española, pero es el sino de este trágico país.
    Por cierto ayer en Intereconomia salia un personaje, esta vez real, que recuerda al conde de Aranda, me parece que era el general Yagüe. O sea que la novela está muy bien documentada.

    ResponderEliminar
  2. ¡Joder!, tomar al psicópata de Sandy como un simple buscavidas simpático, ya te vale, que estás en la inopia.
    Seguro que este tiraría al mar a muchos argentinos...

    ¿Aranda era conde? Ahora me entero. Pensé que sólo era un cabrón mataodiados, allí en su feudo, arriba de Cuenca, en el campo de la Tierra de la Muerte, donde él mismo las pasaba canutas.
    No me cuadran los títulos nobiliarios con este destino...

    Si crees que el general Yagüe era este gilipollas abandonado en medio del frío extremo, no te lo niego ahora mismo porque no tengo idea. Ya lo miraré.

    ResponderEliminar
  3. Me he equivocado de nombres, tengo la memoria de un mosquito. Me referia al aristocrata que conspira con la embajada inglesa.
    Bueno sicopata del todo no es. Recuerda que acoje a la muejer del preso y tiene cierto afecto por el protagonista. Es rencoroso y amoral, pero por otro lado, querer engañar al mismisimo Franco no deja de tener su gracia.
    Sobre los Caballeros de San Jorge es un caso real. La embajada britanica pagaba con esas monedas de oro a los partidarios de no entrar en la guerra mundial.

    ResponderEliminar
  4. ¿?
    ¿Maestre? La inglesa le voló la cara de un disparo y yo la mar de contenta, en memoria de las socialistas a las que ordenó cortar los pechos a la guardia mora.

    Sí, Sandy es un psicópata porque acogió a Barbara para modelarla a su gusto, recuérdalo. Cuando ella ya no le gustó, no es que la olvidara, es que la espió hasta saber lo que tramaba.

    En cuanto a engañar a Franco, ¡juas!, se necesitaba muy poco, pero ese cabrón usó a los judíos para ello.
    Primera señal de alerta en mi lectura.

    No suelo equivocarme.

    ResponderEliminar
  5. Así que te gustan los finales felices... lo tendré en cuenta. De mis obras, acaban bien Un favor al mundo, Un conejo en el asador y Fidelidad. Acaban mal Las placas tectónicas y Ventana al futuro. En cuanto a Surcando los tiempos y a El país de los microchips (esta última no está publicada, porque la estoy ecribiendo), ¡pues las lees, y te enteras! ;)

    Bueno, yo ahora mismo me estoy leyendo nada menos que Los pilares de la tierra, de Ken Follet. Un libro bastante bueno, aunque no rigurosamente real con lo que era la vida en la Edad Media. Se nota que Ken Follet se ha tomado cierta libertad a la hora de mostrar la vida del pueblo medieval, pero aun así, está bien.

    ResponderEliminar
  6. Sí, por supuesto que he leído esas que dices, sobretodo recuerdo Un favor al mundo, la que más me gustó.
    Las otras son tristes, Las placas tectónicas es la del ascensor, ¿verdad?

    Todavía no he acabado Surcando los tiempos, perolo haré, por supuesto.

    ¡Los Pilares de la Tierra!
    Me encanta, lo he leído tres veces como mucho y lo haré más.

    Me gustaría que me comentases lo que te parece irreal en la vida medieval de Ken Follet.

    ResponderEliminar
  7. Me vas a permitir unas palabras de orgullos: ¡ME LLENA DE ORGULLO Y SATISFACCIÓN QUE EL CABEZA DE FAMILIA PARTA JAMÓN! Perdón, quería decir: ¡ME LLENA DE ORGULLO Y SATISFACCIÓN QUE LEAN Y VALOREN MIS OBRAS, SEA POSITIVA O NEGATIVAMENTE! Te lo agradezco un montón. Esta noche dormiré más feliz :D Y sí, Las placas tectónicas es la del ascensor.

    Irreal, aunque ello no quita lo bueno, me parece la posición en la que pone a las mujeres, que se comportan de una forma hasta más liberal que las feministas de hoy. Ahora no caigo en más cosas, pero haberlas, las hay.

    ResponderEliminar
  8. Je je je... Buenas noches, Majestad... ;D

    Claro que te leo, pasa que capítulo a capítulo no sé qué decir a menudo, y como enseguida viene el siguiente, pues me pillaste con la lengua fuera.

    Venga, a ver si termino Surcando los tiempos antes del siguiente y puedo darte mi opinión tranquilamente.

    Sobre la novela, bueno, sí, te refieres a Cris.
    Pero en realidad no es tan extraño, simplemente que se ocultaba, en ese afán de dominar a la mujer por encima de todo, pero bravas las había, te lo aseguro.

    ResponderEliminar
  9. Lo de cargarse a alguien no es nuevo. Yo siempre he tenido predilección por los clásicos. Por ejemplo, en la célebre novela de Stendhal, "Rojo y negro", el protagonista, Julian Sorel, acaba en la guillotina. Es un claro ejemplo de novela que no acaba bien, pero hay más. Sin duda William Shakespeare es uno de los grandes autores de la literatura universal, pero prácticamente ninguna de sus obras tiene un final feliz: en "Hamlet" no queda ni el apuntador; en "Otelo", lo mismo; en "Romeo y Julieta" ambos amantes se suicidan, y así podríamos seguir. A Alejandro Dumas, padre, no se le ocurrió otra cosa mejor que escribir una segunda parte para "El conde de Montecristo", titulada "La mano del muerto", y como segundas partes nunca fueron buenas, también mueren la esposa y el hijo del protagonista, Edmundo Dantés. Y más ejemplos que podría poner aquí.

    ResponderEliminar
  10. ¡Uys! ¡Calla, calla, Fernberg, menudas escabechinas! :D

    Pues estoy preparando un libro en colaboración con una amiga, por aquellos de tener experiencias similares y creo que no vamos a matar a nadie... ¡juas!

    Qué quieres, por fin una novela con final feliz, aunque tenga que escribirla yo, je je je...

    Por cierto, me quedé a la mitad de 'Rojo y Negro', la peli. Era en TV y se fue la luz al carajo :(

    ResponderEliminar
  11. ¿De qué Cris hablas? Voy por la página 800 (y es una edición de bolsillo). Lo último que leí estaba referido a la primera feria del vellón de Kingsbride.

    ResponderEliminar
  12. Oye, ¿a qué Cris te refieres? Lo último que leí estaba relacionado con la primera feria de vellón de Kingsbridge. ¿Es algo que viene después? De ser así, ¡no me lo digas!

    ResponderEliminar
  13. Disculpa, no es Cris, sino Caris.
    Sí, es posterior, 200 años después, en la segunda parte.

    ResponderEliminar
  14. 200 años después de la construcción de la catedral, quiero decir.

    ResponderEliminar
  15. Sí, así es.
    Yo lo tengo por un todo, pero en en fin, tiene dos partes, sí.

    ResponderEliminar
  16. luispi, te he contestado en tu capítulo Nº 6, respecto a Eric y la dieta.

    ResponderEliminar

Este blog tiene instalada la moderación de comentarios a causa de trolls cansinos y coñazos que lo toman por la salita de estar de su casa.
Quien tenga una opinión contraria la verá publicada siempre y cuando esté debidamente argumentada.