El histerismo se extiende como la pólvora

. Desgraciadamente no tenemos bastante con soportar a políticos descerebrados que nos azuzan con sus ánsias independentistas, y a sus necios seguidores, claro. En el lado opuesto también hay fanáticos descerebrados, capaces de usar una inocente tortilla de patatas para insultar a pueblos enteros. Cuando el odio cabalga desbocado es muy difícil ponerle freno. Esta gente sin discernimiento no se molesta en razonar. Es que, no sólo no ven que todos los integrantes de una región no somos iguales y no estamos de acuerdo con los que nos gobiernan, es que además, consideran que les hemos robado ¡hasta una tortilla de patatas! Tanta necedad asusta. Gente así acaba provocando graves enfrentamientos. Pero... ¿son realmente unos necios sin seso, o saben lo que están haciendo?... ********************************************************************* Bueno, como he recibido un mensaje diciendo que no se entiende nada de lo que quiero decir, tendré que explicarlo, aunque yo creía que yendo al enlace estaría claro. Se trata de un artículo donde se rastrea el origen de la tortilla de patatas, que si en torno al año 1835, una campesina de Navarra la hizo para dar de comer a Tomás de Zumalacárregui, general del ejército carlista, porque sólo tenía patatas, cebolla y huevos; pero que existe un documento anterior, fechado en 1817. Se trata de un documento anónimo dirigido a las Cortes en el que se denuncian las míseras condiciones de los agricultores navarros. Bien, como puede apreciarse, sólo se habla de la tortilla de patatas, pero resulta que el primer comentario dejado es para negar dicho origen -que se basa en documentos fechados-, para ponerse a escupir contra todo quisque que no sea murciano... Confunde a navarros con vascos, equipara a catalanes con andaluces, y todos, todos somos unos ladrones, una mierda, y no sé qué más. Excepto los murcianos, claro... Por esto digo que si una inocente tortilla de patatas ha dado pie a semejante odio histérico, apañados vamos. .