domingo, 6 de noviembre de 2011

Cosas de domingo, 06/11/2011


Estoy bastante fastidiada porque me han sustraido más de mil euros de mi cuenta.

Ya lo dije no hace mucho, que donde mejor está el dinero es debajo del colchón. Ya sé que es una tontería, pero mira, al menos eres responsable de tu dinero y si te lo roban de casa, te aguantas, pero cofiarsélo a una entidad y ver que te lo roban alegremente, te pone a matar.
¿Acaso no son responsables de tu dinero, el cual les has entregado?

El robo ha sido perpetrado con tarjeta electrónica, la cual nunca dejó de estar en mi posesión. Excepto un día... Una peluquería sudamericana. Es que en mi barrio ya no quedan peluqueras españolas. Doy fe.
Fui a depilarme y para ello me llevaron a una habitación interior. No voy a extenderme más, sólo que el bolso se quedó fuera, colgado de la percha.

También es sospechoso el supermercado de toda la vida, en la esquina de casa. Sólo porque últimamente hay mucha gente nueva. Allí suelo usar la tarjeta, pero no es de los que piden teclear el pin, esta pasa directamente y a mí, ni siquiera me piden el DNI, puesto que me conocen de años.
Muchas veces, mientras pasaban mi tarjeta, lo pensaba: "¿Y si la pierdo y otro la usa?... En fin, acababa pensando que esto sólo lo debían hacer con los clientes que conocen bien. Por desgracia me parece que no.

Bueno, pronto tendrán problemas con ello, cuando haya puesto la denuncia y tengan que demostrar que nadie del personal es culpable, algo que en realidad no creo, la verdad.

En cuanto a los sudamericanos de la pelu, ni pongo ni quito, pero lo cierto es que mi tarjeta ha sido clonada y sólo pudo ser entonces, al estar yo en una habitación, extendida en una camilla, en manos de la peluquera mientras su marido estaba fuera y ninguna otra clienta, ya que no tiene personal y me dió hora para dedicarse a mí.

Pronto lo veremos, porque la denuncia servirá para que mi entidad muestre las grabaciones de los tres días a la hora pertinente en que me fueron sustraidas las cantidades.

Realmente, no espero reconocer a nadie. No soy tonta, los ladrones saben que hay cámaras, así que no van a ir ellos mismos para dar el cante. Además, ¡fue en el cajero automático de mi propia oficina!
Qué desvergüenza. Igual me topo con un encapuchado, fijo.

Pero bueno, no creo que yo tenga que reconocer al ladrón, es la entidad la responsable de mi dinero y por tanto, quien tiene que devolvérmelo.

Vaaaleee... si ahora resulta que en el contrato había "letra pequeña" (¿Quien narices se lee todo lo que te ponen a firmar?), pues vale, pues saco mi dinero de allí y que vayan a llorar al Rasputín.

Será por cojones.

12 comentarios:

  1. Vete a la mierda, anormal. O sea, a tu casa.

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  2. Las tajetas no son seguras, por mucho que se empeñen VISA y los demás. Y menos hoy en día donde la informatica lo invade todo.
    Seguramente los datos de tarjeta los han tomado con algún troyano, en el supermercado o incluso de tu propio banco.

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  3. No te digo que no, Periódico.
    En realidad no tengo idea, he mencionado el súper y la peluquería por ser los dos únicos sitios donde puede haber ocurrido, pero realmente no lo creo.

    Si es un troyano, no será por mí, porque nunca, jamás he tecleado nada de mi cuenta por Internet.

    Si nos ponemos a pensar, en el super no hay que teclear el pin, así que sí, es posible que haya sido allí. Pero repaso el personal y... vale, hay gente nueva.

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  4. Pero aunque clonen la tarjeta, como dices, ¿como saben el PIN?. ¿Lo llevas anotado en un papel dentro de la cartera?.

    Ahora casi todas las tarjetas llevan circuito RFID (se ve un cuadrado dorado sobre la tarjeta), que es más difícil de clonar. Y aparte está lo del PIN. ¿Cómo averiguaron tu PIN?. ¿Qué te han dicho en el banco o en la policía si lo has denunciado?.

    De todos modos, reconocerás que dejar el bolso fuera mientras tú pasas a otra habitación un buen rato es una gran imprudencia, aunque ello no quita para que se suponga que un centro de belleza y depilación debiera ser de confianza. Aunque pudiera haberlo cogido otra clienta, sin que los trabajadores del centro participaran. Misterio.

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  5. Je je je..., Bucan, el pin de la tarjeta no lo sé ni yo porque nunca lo he tecleado, no la uso.
    En el supermercado la pasan sin pedir el pin, de ahí que lo haya olvidado al no usarlo. En otros sitios, nunca, siempre pago en metálico.

    No, por supuesto que no llevo el pin encima, es más, no tengo idea de dónde narices debe estar. Y ahora ya no importa, puesto que está anulada.

    Efectivamente, mi tarjeta es RFID, con el cuadradito dorado.
    Será todo lo dificil que quieras, pero sé que la poli etá hasta el moño de los sudacas, que son expertos en pillar todo esto en un pis pas.

    Pues al ver reflejadas las sustracciones en la cartilla, fui a la oficina a pedir explicaciones.
    Es que me llamó la atención por dos motivos, uno, las cantidades. Yo nunca he sacado cantidades fraccionadas, siempre en números redondos.

    Pero lo más importante es que la última vez que estuve puse una parte a plazo fijo porque esos pesados no dejaban de machacarme con que "Aquí hay mucho dinero..."

    Vale, pues recuerdo perfectamente la cantidad con que se quedó la cartilla después de pasar el resto a otra, la del plazo fijo.
    Y además, ese día me llevé mil euros para los gastos habituales.

    Así que hasta que he vuelto, seguro que no saqué nada y menos fraccionado de esa manera tan burda, que yo siempre tiro alto.

    En fin, que en la oficina anularon mi tarjeta. Comprobaron las fechas y horas de las sustracciones, confirmando que fueron hechas en el cajero de esa misma oficina, y me remitieron a la comisaría de los Mossos para poner una denuncia. Con ella me mostrarán las grabaciones. Y esto es lo que me parece estéril, no creo que reconozca al ladrón o ladrones porque no son tontos, saben que hay cámaras y pueden mandar a un colega al que yo no haya visto nunca. Funcionan así.

    Ya, dejar el bolso fuera supuso un gran error por mi parte.
    Pero es que cuando la peluquera me lo indicó no lo pensé justo entonces porque nunca he ido a depilarme y fue cuando me llevó a la habitación interior que empecé a precuparme por el contenido del bolso.
    Pensé que a la hora de pagar podría ver si faltaba algo.

    No, no faltaba nada, dinero, móvil, documentación, la misma tarjeta, llaves...
    Así que respiré aliviada y salí.

    No, Bucan, allí no había nadie, estaba la peluquera y el que supongo era su marido, un sudamericano al que primero tomé por un niño. Ya sabes, pequeño, escuchimizado, moreno... A la hora de pagar vi que era adulto con creces.

    No tienen personal, por tanto, si la peluquera me dió hora para atenderme, no tenía otras clientes, de ahí que pueda haber sido él, confiado en que su mujer no me dejaría salir antes de tiempo :(

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  6. Pues me dejas perplejo. No entiendo como pueden adivinar la clave de la tarjeta que ni tú misma sabes. Lo que veo raro es que hagan todas las extracciones en el mismo cajero. Lo normal es que vayan a uno, luego a otro. Parecen muy confiados en que después de la primera extracción no haya una alerta en la sucursal para si se produce otra. ¿Cómo saben que tú no has detectado ya la primera fraudulenta?. O sea, no parece muy profesional, aunque tuvieran la habilidad de averiguar la clave. Desde luego, el Banco debería poner interés en el tema, no fuera a ser que tuvieran un topo dentro dando información a los chorizos.

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  7. A mi hija le pasó lo mismo esta primavera. Usaron su tarjeta (es un decir, porque, igual que yo, no la perdió, seguía teniéndola) para realizar costosas compras.
    Cuando lo denunció fueron comprobando minuciosamente y se lo van devolviendo a medida que admiten el fraude.

    No me preguntes como pueden hacerlo los ladrones, pero lo hacen.

    Esto suele ser lo más habitual, porque lo mío, en mi propia oficina, es para quedarse de piedra. Así me quedé yo cuando me lo dijeron.

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  8. Me he dado cuenta de una cosa. Aunque las tarjetas traen ese RFID chip inteligente con encriptaciones, lo que hace difícil de clonar (aunque no digo que no sea posible pero no al alcance de cualquiera), también siguen trayendo banda magnética. O sea, son dobles. Porque hay muchos lugares que no tienen lectores de tarjetas con chip y siguen usando el lector de banda magnética. O sea, que si pueden haber clonado la banda magnética y operar con ella. Lo que sigo sin entender es como tuvieron acceso a la clave de cuatro dígitos. Porque podrían haber intentado comprar en alguna tienda que tuviera sólo lector de banda magnética y no piden PIN. Pero no entiendo de donde sacaron los cuatro dígitos para ir a un cajero automático a sacar pasta. Si tenías el mismo PIN que te dieron al entregarte la tarjeta, si tú no lo cambiaste, podría ser que hayan tenido acceso a la base de datos del emisor de la tarjeta. Oí que hace unos meses Servired sufrió un crackeo de datos masivo. No recuerdo los detalles y si ahí iban los PIN de tarjetas.

    Es un misterio intrigante, oye, como lograron el PIN.

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  9. Exactamente, Bucan, esa cuenta es reciente, no la de toda la vida y no cambié el pin de la tarjeta porque ers muy fácil de memorizar y yo tengo dificultades para retener números.

    Ya te contaré como va.

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  10. Vaya, lo siento de veras, Leona.

    Estoy de acuerdo con Bucan, es muy difícil hacerse con los pin, salvo, como él indica, que tengan o hayan tenido acceso a la base de datos de tu entidad, amén de la dificultad en sí de la clonación de la banda magnética, (seguro que no han clonado el RFID).

    Espero que lo recuperes, y que la propia entidad empiece a poner un poquito más de interés ante éste tipo de delitos... Bueno, y todas las entidades en general... Esto empieza a ser el pan de cada día.

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  11. Gracias, Tureno.

    Mira, mi hija sí que usa su tarjeta por Internet, así que puede ser que le hayan robado el pin, pero yo no y sobretodo, está el hecho de que hayan efectuado nada menos que tres sustracciones en la misma oficina, con pocos días de diferencia.

    Esto es lo raro, todas en mi misma oficina, sin molestarse en ir unos metros más allá, creyéndose impunes.

    Como he dicho, no espero reconocer a nadie en las grabaciones. ¿Y entonces qué?...
    Lo dicho, o me lo devuelven o lo saco todo.

    Y por supuesto, no quiero esa mierda de tarjeta. Para lo que sirven, mejor llevar el dinero en el sostén si viajas.

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