Me refiero a cierto asunto personal del que ya he publicado anteriormente, pero también puede aplicarse a la actualidad política porque el tema candente es la economía, tanto española como europea y carezco de la necesaria preparación para comentarla, dejando aparte, claro, que esto no hay quien lo coja con tanta información que no cuadra, afirmando unos algo y otros lo contrario.
Todos andan a la greña, incluso en el mismo partido político -varios-, votando una cosa en Madrid y la contraria en Valencia por ejemplo.
Como chotas.
Clara manera de desviar la atención haciendo un lanzamiento de platos y cristalería, además de algunos cuchillos y tenedores.
Por cierto, el actual presidente del Gobierno sigue en su línea: ni está ni se le espera.
Curioso tipo. Ha decepcionado a millones de sus votantes de siempre, y digo "de siempre" porque nuevos no tuvo para llegar al poder, ya que fue ZP quien se encargó de que el PSOE perdiera votos de manera estrepitosa.
Estaba convencida de que ZP pasaría a la Historia por méritos propios, pero parece que Mariano, el que quiso ser "Califá en lugar del Califá", aún no se ha enterado de que ya lo ha conseguido y sigue la estela de burradas y despropósitos de su antecesor, empeñado en ser igual...
Bueno, vamos a lo mío, que por ahí no hay nada digno de tener en cuenta.
Después de haber hecho sudar la gota gorda a la de la clínica dental que me ha estafado, ayer me digné presentarme.
Pues vaya, quien me enviaba SMS no era la Bruja del Oeste de 'El Mago de Oz' que yo pensaba.
Cuando me ha recibido en su despacho se lo he dicho: "¿Tú eres Mercedes?". "Sí".
Esta no tiene nada de bruja, todo lo contrario, es quien formalizó el contrato, una chica simpatiquísima y amable con la que contacté estupendamente enseguida.
Me ha dicho que estuvo fuera, en Sabadell, por unos asuntos de la empresa y que al volver se ha encontrado con mi denuncia. Efectivamente, en su mesa tenía las fotos que yo adjunté a la demanda.
Hablamos largamente. Me pidió que le contara todo lo sucedido y lo hice con pelos y señales. Se horrorizó cuando le expliqué que el Dr. Flores se lanzó a extraer sin esperar a que la anestesia hiciera efecto.
En fin, que yo pedía que se me reintegrase lo pagado por adelantado porque después de un año no habían cumplido ni una tercera parte del contrato, dejando aparte la mala praxis de ese doctor que se burló de mí cuando le pedí que esperase unos minutos a que la anestesia hiciera efecto.
Pero Mercedes, aparte de buena persona, es una excelente profesional y se lanzó a convencerme. Dijo que por un mal doctor no tenía que pagarlo la empresa y bla bla bla... Le respondí que yo tampoco tenía que pagar haber pasado un año sin dientes, sin poder comer y con fuertes dolores, habiendo abonado la totalidad antes de empezar.
Evidentemente, era una confrontación con las espadas alzadas, pues yo no estaba dispuesta a ceder al haber visto que mi denuncia ya les había llegado y que esto les tenía acojonados.
Llegamos a un acuerdo: me someteré a otra sesión y si no me gusta me devolverán el dinero.
Esto sí, tal como dije en mi anterior entrada sobre este asunto, las pautas las marcaré yo, y ha sido Mercedes quien lo ha propuesto. Tres sesiones semanales, en vez de una de media hora y decenas de cancelaciones como durante este año horribilis.
Cuando le pregunté qué doctor me atendería, me dijo que en un momento me lo presentaría, cuando terminase en el cubículo de al lado.
Se fue para allá y... je je je... Todos los cubículos están acristalados en opaco, pero tienen delgadísimas líneas visibles por formar parte de un mural.
Tuve suficiente, la vi hablar de la manera que le conozco. Estaba explícando lo sucedido y era evidente que le daba mucha importancia.
Al poco vi que salían de alli y aparté la vista. Se abrió la puerta del despacho y entró Mercedes con una joven doctora a la que no conocía. Se presentó como Silvia. Muy simpática. Y... je je je, un minuto después, el dueño de los pantalones que también estuvo allí al lado, Jordi, el cual me daba golpecitos en el hombro como si fuera su mamá, ¡juas!
En fin, comprendí que la trampa estaba tendida, pero como buena leona, a nada temo y accedí a probar de nuevo.
Mercedes no dejaba de decirme que si algo no me gustaba, se lo dijera enseguida, al instante, conque así será. Si Jordi o Silvia, quienes me han adjudicado, no me gustan -por su trabajo-, pues se acabó la historia.
Paciencia tengo mucha, creo que más de lo que sería pertinente, pero estos ya han comprendido que, o cumplen, o la empresa va a salir muy perjudicada y con ello sus puestos de trabajo.
Ya me tenías preocupada, Cata.
ResponderEliminarcuidado con las tres sesiones semanales, que es mucho.
Un abrazo
Dixi
Para nada, querida amiga.
ResponderEliminarSi lo hacen bien, para mí aún será poco.
Un abrazo grande, Dixi.
Hablando se entiende la gente, como diría el rey.
ResponderEliminarEsperemos que estos sepan lo que se hace.
Creo que te comenté que ellos cuando les llegara la denuncia intentarian llegar a un acuerdo y mira así ha sido, lo hacen siempre.
ResponderEliminarEn fin esperemos que te dejen bien de una vez y si en caso de que no estés conforme te abonen las cantidades pagadas.
De todas maneras no les pases ni una y sobre todo informa a quien lleva la denuncia del trato y que ellos lo sepan y te firmen por escrito IMPORTANTISISMO el acuerdo al que habéis llegado. Antes de empezar exige el firmado del acuerdo y comunica a los que llevan la denuncia y tengan un seguimiento la denucnia siga hasta que veas que todo está solucionado o va por buen camino. NO hagas nada sola sin contar con tus asesores que llevan la denuncia.
MUCHO OJO.
Ya veremos, Jesús. De momento, simpáticos lo han sido todos desde el primer momento (excepto la Bruja del Oeste, que siempre va con cara de vinagre), ahora falta saber cómo trabajan.
ResponderEliminarNo tengo contacto, ANITA, ni siquiera me comunicarón que ya habían apercibido a la empresa, el primer SMS de Mercedes fue una sorpresa.
ResponderEliminarAl poner la denuncia di mi correo electrónico pero no han contactado conmigo, así que yo no sé a quien dirigirme pues nadie se identificó.
Afortunadamente Mercedes no lo sabe y el acuerdo verbal ha sido claro: probar una vez más y con tres sesiones semanales para agilizar.
Respecto a esto, si trabajan como el Dr. Vera irá bien, no me causaba dolor, era innecesario esperar una semana para la siguiente sesión.
Creo que estos sí tendrán en cuenta mis indicaciones, saben que lo largo todo detalladamente por escrito y no quieren pillarse los dedos como el último, ese patán carnícero.
Además, han visto que no se me escapa ningún detalle, la Dra. Silvia dijo que primero me harían otra radiografía porque de la primera hace mucho... ¡no va a hacer mucho, si es de hace un año!
Pero les dije que hay otra hecha en marzo y sí, la encontraron en el ordenador.
Conque confío en que esta vez todo vaya bien por la cuenta que les trae.