¡Jo!, yo lamentándome de no ser todavía abuela y ayer tarde vinieron mi hija y mi yerno con cinco botellas de cava y las caras con una expresión rarita. ¿Cinco botellas de cava? Pensé apresuradamente si tenían intención de celebrar en mi casa una fiesta familiar con la presencia de los no admitidos por mí, pero lo desheché rápidamente porque mi hija tampoco puede verlos y no es de las que se echan atrás fácilmente.
Me hicieron sentar en mi butaca preferida de la sala de estar, esa que envuelve los riñones cálidamente, abrieron una, y me dieron la noticia cuando hube bebido un sorbo: voy a ser abuela de quintillizos.
Mi yerno Albert se apresuró a cogerme la copa de la mano porque me había quedado con ella alzada, pero creo que no la notaba en mi mano.
¡Horror, sólo tengo una cuna! ¡Nada más que una! La usaron mis dos hijos porque es de calidad, de metal dorado como el cabezal de mi cama. Cuando mi hijo la sacó del trastero se quejó: "¡Caramba, como pesa!". Claro que pesa, es metal del bueno, por esto la guardé. Primero la usaron mis hijos y mi intención era que también mis nietos, aunque fuera en mi casa, cuando me los dejarán para salir de vez en cuando.
¿Y ahora qué hago con una sola cuna y cinco cuerpecitos para acomodar? Además, tendré que dejar de fumar por tercera vez. Y volveré a oler a Nenuco. Esto me encanta, en casa uso ambientador con la fragancia de Nenuco, es fresca y dulce a la vez. ¡Qué bien!
Tendré que hacer un sortilegio para dejar permanentemente amodorrada a la gata asesina. ¡Pobre de ella que toque a mis nietos! Aunque... ay, ay, ay..., ya me estoy oliendo que me la van a devolver...
Pues bueno, todo sea por mis nietos, estoy dispuesta a que el mapa de mi cuerpo se llene con más carreteras, autopistas, autovías, avenidas, e incluso ríos. Total, en la pierna derecha tengo un lago como el de Bañolas y me iré con el a la tumba.
Voy a recordar las canciones que les cantaba a mis hijos.
Sol, solet,
vine'm a veure,
vine'm a veure
que tinc fred.
Si tens fred,
si tens fred,
si tens fred,
posa't la capa,
posa't la capa
i el barret!
O el divertido cuento del follet i la poma, el preferido de mi hijo, el cual guarda todavía con especial cariño
¡Qué bien me lo voy a pasar!
Si no fuera el día qué es te diría ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarDe cualquier forma ¡Enhorabuena!
¡Quintillizos! Cuesta un poco imaginárselo, hacerse cargo, ponerse en tu lugar... Lo mejor es la poca diferencia de edad que se van a llevar entre los hermanos...
Bueno, que me haga cargo, ya te comentaré...
¡Tiene lo suyo!
Espero que la diferencia de edad sea de pocos minutos, que no quiero que mi hija sufra durante horas.
ResponderEliminarComo los peques no salgan uno detrás de otro, llevaré a Bimba y le meteré el morro en el agujero para que les incite a salir inmediatamente, ¡que menuda es ella!
¿Qué dices de la fecha? Oye, que me han enseñado la primera ecógrafia. Te cuento: es como una pelea de negros en un túnel oscuro. Pero el "tocador" dice que son cinco bebés. Menuda vista tiene el tío, ¡por Tutatis!
Buena inocentada Leona, muy original, cinco mejor que tres, así es más llamativa y sorprendente.
ResponderEliminarComo inocentada no está mal.
ResponderEliminarPero de mal gusto.
¿Para cuando más o menos?
ResponderEliminarTe advierto que con estas cosas se empieza en broma...y pueden acabar muy enserio.
En cualquier caso tiene su emoción. Tendrás que ayudarle mucho y no podrás bloguear, pero de alguna forma nos irás manteniendo al tanto.
Unos quintillizos tienen que dar para empezar a hablar y no parar.
No sé si es muy buena idea llevar a Bimba al parto. ¡A ver que le parece al "tocador"! (no había oído nunca esa palabra, había oído tocólogo, que tampoco es que sea una palabra muy agradable)
Bueno, como está a punto de terminar el día de las inocentadas, lo admito, Fdelga.
ResponderEliminar¡Hay que ser contundentes! :D :D :D
Ahí tenemos al eterno amargado al que todo le parece de mal gusto, sea lo que sea. Qué pena da, pobre.
Estoooo... creo que para octubre, Rosa. Aunque el "tocador" aún no ha dicho de qué año y claro, como los médicos de hoy día saben tanto, pues habrá que sentarse cómodamente a esperar porque no permiten que les tosas.
ResponderEliminar¿Que no podré bloguear? Quita, quita, que se van a pelear entre ellos y me van a llenar el blog de palabras incomprensibles, tecleando a diez manos y yo con una sábana amarrada al cuello para absorber la baba.
Prometo hacer un diccionario para saber qué dicen. Total soy experta en palabros raros de tanto leer rebuznos indepes, ¡juas juas!
Bah, Bimba sirve para lo que sirve y aunque esté como una chota, algo se puede aprovechar, chica.
En cuanto al "tocador", es que no estás en la onda, ainsss...
:D :D :D
No vi a tiempo esta broma, pero me alegro de que todo sea falso. De buena os habeis librdo. Dile a tu hija que vaya con cuidado.
ResponderEliminar¡Ja ja ja! Me divertí mucho aunque sabía que no colaría, Periódico.
ResponderEliminarCalla, calla, que sólo faltaria. El padre de mis hijos es mellizo, su progenitora también, pero afortunadamente, no creo que esto se herede por vía masculina, ¡uf! En mi familia no hay ningún caso que yo sepa, así que mejor que vengan de uno en uno, que ya dan bastante trabajo. Aunque las alegrías lo compensan, te lo aseguro.
¡Hala, tú también? ¿Para qué vas a decir que eran gemelos, o mellizos? ¡Mejor quintillizos! ¡Sin miseria!
ResponderEliminarQué lástima haberme perdido esto.
Ahora, en serio, ¿está tu hija embarazada, al menos? Si es así, si necesita algunos consejos de maternidad que tú no puedas darle, yo estoy dispuesto a ayudar. Tengo profesoras-conejas, como ya te he comentado, y con algunas tengo confianza.
¡Ja ja ja! No, no está embarazada y de momento no tiene intención, que la vida está muy achuchá y hacen falta dos sueldos para llegar a fin de mes.
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