Entre el estupor y el aturdimiento de los que te quieren -increíble la capacidad para sentir aún dolor, tantos, tan duros y seguidos han sido los mazazos-, los buitres planean sobre tu cama.
Buitres, aves que solo se nutren del dolor y la muerte. Sin alas lo hay, y con piernas caminan. Sus dedos usan para escribir infamias, criaturas sin mentalidad, guiadas solo por su afán de causar daño.
Más nada temas, pequeña, estás rodeada de amor y este es más poderoso que cualquier sentimiento vil de almas vacías y corcadas.
El amor de los tuyos creará una pantalla protectora. Ella te dará paz. Y al mismo tiempo, te lanzarán sus vibraciones para dotarte de fuerza, al tiempo que sus corazones te llamen diciendo:
¡Ven, Bea, vuelve con nosotros!
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