Las horas se arrastran lentas. Lejos estás de quien quisieses consolar. Más no hay consuelo para tamaño dolor.
Cien cuchillos se clavan. Lentamente... hasta la empuñadura. Salen... ¡y se vuelven a clavar! Una y otra vez.
Niebla de dolor. Túnel de desesperación. Abismo de impotencia, amarga catarata de lágrimas que fluyen sin fin. Caudal inacabable. Pozo de preguntas sin respuesta. Aturdimiento sin color.
Ya solo queda la espera, el veredicto de la Parca. Si se la lleva o no, o si solo arrebata su esencia... dejando un cuerpo que respira... pero no siente...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Este blog tiene instalada la moderación de comentarios a causa de trolls cansinos y coñazos que lo toman por la salita de estar de su casa.
Quien tenga una opinión contraria la verá publicada siempre y cuando esté debidamente argumentada.