¡El oso!

¡Ostras!, el oso de mi comunidad se ha presentado en mi casa antes de que haya puesto en la vitrina de avisos lo del  presupuesto que he conseguido.

Dice que le ha avisado la gestoria. Pues qué bien... a él le avisan enseguida y como dije, ni siquiera vive aquí, pero se cree el dueño de toda la finca.

Ha sido divertido porque -como siempre- a mí me ignora, se dirigía a mi hijo, que no sabe un boniato del asunto, obviamente, y mientras ellos hablaban, con mi hijo intentando salir del paso gracias a lo que le expliqué, yo sonreía sardónicamente cuando hablaba el oso, según lo que decía, además de meter baza y cortarle, asegurando que cuando hagámos la reunión, llevaré al de la empresa para que responda a todas las dudas. ¡Juas!, esto no se lo esperaba.

Otro corte bestial que le he dado ha sido al decirle que dicha empresa está avalada como instalador oficial, que tengo la documentación.

Aquí ya no se ha atrevido a maullar más y después de marear un poco más a mi hijo con sus tonterías, señalando las cajas y tubos de cableado, se ha largado, aunque esta vez sí, dedicándome una bonita sonrisa, intentándo ganarse mi simpatía...

Este tipo ni siquiera es propietario de un piso, pues consta su mujer, no él, y quien vive aquí es su hija, pero el "papi" va siempre dando la tabarra, tocando los cojones como he dicho, como si fuera el propietario de todo.

Su insistencia en que la sustitución del cableado sea oculta se debe a que pretende que se hagan obras en el alicatado de la escalera. No le gusta, son cutres, de los años 60. A mí tampoco me gustan, no te fastidia, pero quienes vivimos aquí no tenemos medios para decoraciones fútiles cuando en casa, de puertas para dentro, ya las pasmos canutas.

Bueno, a este ya le demostrado que no me chupo el dedo y ahora voy a ir a contárselo a los vecinos, je je je...