Cosas de domingo

El viernes fui a casa de mi hija para celebrar el cumple de su hermano.

En realidad, le había dicho que quería ir la semana anterior para ver a "la asesina", mi gata loca que se llevó para evitar tener que sacrificarla, ya que sólo me atacaba a mí, absolutamente a nadie más.

Pero esa semana se fueron a 'TARRACO VIVA' y me ofreció ir a la siguiente y aprovechar para celebrar el cumple de nuestro niño.

No contaba yo con que estuviera hecha polvo fosfatado por varios "viajes" que tuve que pegarme, ¡uf!

Un TAC y una radiografía para empezar la semana.

La segunda no me dió mucho problema porque, aunque tuve que tomar el Metro, no estaba lejos de casa.

La primera sí, fue un horror.  Parecía una vieja chocha, no encontrando la salida.

Vamos a ver, la estación la conozco sobradamente, pero no los ascensores que no estaban en mis tiempos.. Tomaba uno y me encontraba otra vez en el mismo sitio, ¡arggggggggggg! Venga preguntar y venga a llegar al origen. Me dieron ganas de llorar hasta que finalmente me decidí a tomar las escaleras de toda la vida, pasito a paso y que les den a los ascensores.

Un día después tuve que hacer otra "excursión" para comprar el regalo para mi niño. La nueva camiseta del Barça.

Pasa que yo no estoy por los diseños y cuando fui a la armería de la que mi padre era cliente, la misma donde compré el bastón de senderismo para mi amigo Periódico, le dije a aquel que quería la última y el tío ese, va y me da la de rayas de la temporada anterior, algo que yo no tenía ni idea y por tanto, la compré.

Por la noche le envié a mi hija un correo electronico, la mar de contenta, diciéndole que encima me la habían rebajado 20 €.

Pues ya está, esta rebaja no era normal si se trataba de "la nueva". ¡Y yo qué sabía!

Mi niña me envió una foto de la nueva y tuve que decirle que no, que la que había comprado no era esa.

Anda, al día siguiente me voy a la armería y se lo digo al dueño.

Es un tío la mar de enrollado, tramité con él las pistolas de mi padre cuando este falleció, pero me aseguró que hasta julio no tendría la camiseta nueva.

Esto era un problema para mí, pues quería darle el regalo al chico en su día, no decirle "Te lo daré el mes que viene", obvio.

Mi niña me dijo que sí estaba a la venta, en las Botigues del Barça. Le pregunté que ande coño estaban porque cuando las busqué por Internet antes de ir a la armería, ni flores.

"En Sants Estació hay una". La madre que la matriculó, que soy yo... Ahí es donde me perdí cuando fui a hacerme el TAC.

Pues nada, volví pisando peldaño a peldaño y la conseguí. Esto fue el jueves. El viernes, de camino a casa de la niña entré en la armería, a ver si me devolvía la pasta.

Nanay. Un vale y vas que chutas. ¿Qué narices iba a comprar yo por semejante valor? Así que después de decirle a ese "¡Estás fumando! Te voy a denunciar." ¡Juas juas!, decidí coger un par de calzado deportivo de marca  para añadirlo al regalo de mi niño. Aún me devolvió cuatro euros, ¡uf!

Así que el regalo de cumple de mi niño me ha salido por un ojo de la cara y parte del otro. Encima aún me pedía dinero para comprarse no sé qué. Nos tuvo hartas a su hermana y a mí, venga pedirnos dinero como un cura.

Aquí la tonta con los juguetes que le llevé. Se sorprendió mucho al verme, pero no me agredió, dejó que la acariciase e incluso durmió debajo de mi cama, tan tranquila.

En fin, que estaba tan hecha polvo fosfatado que ni siquiera terminé el cava que mi niña tenía para mí. Me fui a la cama con una revista de mi yerno, 'Muy Interesante' y al poco mi niño abrió la puerta, diciendo que la locatis la estaba rascando porque su cama está debajo de la mía... Ya empezamos, pensé. Bueno allí la tuve, olisqueando mis zapatos hasta que, al apagar la luz de la mesita me di cuenta de que yo había abierto la ventana porque tenía calor... ¡Aaaah! Me levanté inmediatamente, búscaldola y al no encontrarla salí a decíselo a mi hijo que dormía en el sofá.

Estaba debajo de mi cama, en una pequeña maleta vieja que ha tomado por su cama.

¡La matooo!. Este bicho me tiene loca esté donde esté. Yo venga sufrir por ella, ¡uf! Total, que mi niño cerró la ventana y yo venga sudar toda la noche.

Aquí mi niño, agachado, después de darle una golosina para gatos, tal como los chiclets esos para reforzar la dentadura.

Desde luego, mi hija es tonta y mi hijo más, ¡juas!

En el pasado perdí "amigos" por expresarme de esta manera. A los hipócritas no les gusta que llame tontos a mis hijos, sin contar que ellos me leen y no lo tienen en cuenta porque personalmente es igual y saben que no es con mala fe, que es una manera de hablar.

Hay muchos burros que se meten donde no les llaman y no sólo aquí.