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Llevo tiempo buscando una mujer de hacer faenas y ni flores, el boca a boca no funciona, así que al final no he tenido más remedio que meterme en una página de anuncios y bucear en ella.
Tropecientas sudaméricanas, con foto. Dichas fotos dan qué pensar, porque a juzgar por las poses provocativas, semirecostadas y mostrando tetamén, no sé yo si aceptarán subirse a la escalera de mano para limpiar el techo de lamas metálicas de la cocina... ¡Ey!, incluso hay un tal Raúl cuya foto es la de eso que le cuelga entre las piernas, aunque en la foto no cuelga... Afirma el andoba que limpia lo que sea, la casa, el jardín, y que "siempre hay 10 minutos para parar...".
Finalmente he conseguido encontrar a dos señoras catalanas de mediana edad que ofrecen los servicios que quiero. Ha sido como buscar una aguja en un pajar, lo aseguro.
Otro servicio que necesito es para cambiar la bañera, que se ha roto, y tampoco hay manera. Fui a una tienda a comprarla. Una tienda de "luces", famosa en mi barrio, de años y años, con unas instalaciones de película. Escogí el modelo sobre catálogo y me dijeron que llamarían cuando la tuviesen, y que ellos mismos la instalaban. Pues señor, creo que de ello hace un mes o más. Mi hija me acompañó y dió su número de móvil. Dice que no han llamado nunca.
Y para unas fugas que hay (no tienen que ver con la bañera), he avisado ya a tres lampistas. Ninguno ha venido el día que han dicho. Ni nunca. Y eso que el último era sudaméricano, instalado en el local que antes fue mercería al lado de mi casa. Nadie. Aquí no trabaja nadie.
La empresa del gas, que vino a hacer una inspección, instó a reparar el calentador de agua, que según ellos, tiene mala combustión y estamos expuestos a envenenarnos. Pues menos mal que al parecer somos muy duros de pelar, porque con el tiempo que hace que aquí no viene ningún profesional ni así lo maten, si fuese cierto ya la habríamos palmado.
No lo entiendo, pero es así, nadie trabaja. De esto se ha dicho siempre de los funcionarios, pero parece que todos han optado por hacer lo mismo; cuando fui a la tienda de lampistería de los sudaméricanos, como opción de emergéncia, había dos, allí sentados y aburridos, sin nada que hacer. Expuse mi problema y uno de ellos me dió una tarjeta, diciéndo que llamase para quedar. Le dije que no, que además de no poder telefonear por ser sorda, estaba allí, así que podíamos quedar ya. Fue cuando me dijo "El lunes, entre las cuatro y las cinco de la tarde". Pero no vino nadie.
Y un "detallito" de nada: ninguno de los dos se levantó de su silla al entrar yo, un cliente. Son unas mierdas apoltronadas, vagos a más no poder. Por el negocio no pagan nada durante cinco años y con vender un par de bombillas y cobrar subvenciones les basta para ir tirando.
Tropecientas sudaméricanas, con foto. Dichas fotos dan qué pensar, porque a juzgar por las poses provocativas, semirecostadas y mostrando tetamén, no sé yo si aceptarán subirse a la escalera de mano para limpiar el techo de lamas metálicas de la cocina... ¡Ey!, incluso hay un tal Raúl cuya foto es la de eso que le cuelga entre las piernas, aunque en la foto no cuelga... Afirma el andoba que limpia lo que sea, la casa, el jardín, y que "siempre hay 10 minutos para parar...".
Finalmente he conseguido encontrar a dos señoras catalanas de mediana edad que ofrecen los servicios que quiero. Ha sido como buscar una aguja en un pajar, lo aseguro.
Otro servicio que necesito es para cambiar la bañera, que se ha roto, y tampoco hay manera. Fui a una tienda a comprarla. Una tienda de "luces", famosa en mi barrio, de años y años, con unas instalaciones de película. Escogí el modelo sobre catálogo y me dijeron que llamarían cuando la tuviesen, y que ellos mismos la instalaban. Pues señor, creo que de ello hace un mes o más. Mi hija me acompañó y dió su número de móvil. Dice que no han llamado nunca.
Y para unas fugas que hay (no tienen que ver con la bañera), he avisado ya a tres lampistas. Ninguno ha venido el día que han dicho. Ni nunca. Y eso que el último era sudaméricano, instalado en el local que antes fue mercería al lado de mi casa. Nadie. Aquí no trabaja nadie.
La empresa del gas, que vino a hacer una inspección, instó a reparar el calentador de agua, que según ellos, tiene mala combustión y estamos expuestos a envenenarnos. Pues menos mal que al parecer somos muy duros de pelar, porque con el tiempo que hace que aquí no viene ningún profesional ni así lo maten, si fuese cierto ya la habríamos palmado.
No lo entiendo, pero es así, nadie trabaja. De esto se ha dicho siempre de los funcionarios, pero parece que todos han optado por hacer lo mismo; cuando fui a la tienda de lampistería de los sudaméricanos, como opción de emergéncia, había dos, allí sentados y aburridos, sin nada que hacer. Expuse mi problema y uno de ellos me dió una tarjeta, diciéndo que llamase para quedar. Le dije que no, que además de no poder telefonear por ser sorda, estaba allí, así que podíamos quedar ya. Fue cuando me dijo "El lunes, entre las cuatro y las cinco de la tarde". Pero no vino nadie.
Y un "detallito" de nada: ninguno de los dos se levantó de su silla al entrar yo, un cliente. Son unas mierdas apoltronadas, vagos a más no poder. Por el negocio no pagan nada durante cinco años y con vender un par de bombillas y cobrar subvenciones les basta para ir tirando.
Si quieres un lampista me parece qu tienes que ir a primera hora de la mañana en los alrededores de Sants o en la plaza Urquinaona...ahora no lo recuerdo bien. Allí esperan a que pase alguien a contratarlos.
ResponderEliminar¡Joer! Que no soy un empresario frutero ni tratante de ganado...
ResponderEliminar¿Hasta este punto hemos llegado?
Pues entonces, vía libre a la guillotina, chico. Zapatero el primero.