Menuda odisea hemos pasado esta tarde mi amigo Jesús (El Periódico de El Prat) y yo. Mea culpa. Mea culpa.
La imagen corresponde a la empresa de trasteros donde tengo alquilado uno. Hay una ingente cantidad de pasillos como ese, en cuatro plantas.
Mi amigo se ofreció a llevarme para guardar unas cuantas cajas y bultos, pero como me pasa a menudo, salí de casa sin anotar el número de mi trastero, número que por supuesto, no tenía idea de cual era, que para memorizar cifras soy una negada total, lo he dicho muchas veces.
Después de bajar los bultos de mi casa -él solito, ¡uf!-, cargarlos en su coche, llegar allí y descargarlos en un carrito, subimos en el montacargas y yo, no sé por qué, se me antojó que era la planta 4ª.
Narices, el montacargas no tenía 4ª planta, terminaba en la 3ª. Hay un sótano, también con trasteros, de ahí que sean cuatro plantas, pero esta no existe.
A mí no me importaba no saber el número porque conozco el recorrido desde el montacargas hasta mi trastero, así que presioné el botón de la 3ª planta, a ver... Pero no, no lo encontré, ese recorrido me era desconocido.
¡Qué paciencia la de Jesús! Estuvimos recorriendo todas las plantas (al ser domingo no había personal, de lo contrario habría ido a la oficina)
Pues nos hemos pegado una excursión de no te menees, que cuatro plantas acribilladas de pasillos en una nave industrial no supone un paseo precisamente, he acabado hecha polvo fosfatado.
Jesús me ha pedido la llave y se ha puesto a probar todos los candados que eran como el mío. ¡Horror!, le he dicho que hay cámaras grabando las 24 horas, que a ver si se van a pensar que pretendíamos abrir trasteros ajenos, ay, ay...
Finalmente ha vuelto a cargar todo en el coche, hemos regresado a casa y he subido a mirar el número de mi trastero. Es en la 2ª planta. Otra vez para allá. Jesús se merece un monumento, una medalla, lo más grande.
Esta vez sí, sabiendo la planta y usando el montacargas que he utilizado siempre (hay dos y ambos habíamos probado antes, por indicación de Jesús, con lo que me lié más), ha sido fácil encontrarlo haciendo mi recorrido habitual.
Hacía tres años que no iba, de ahí olvidar la planta, más no su ubicación estando en el sitio correcto.
¡Buf!, por fin abrí el candado. Y hala, Jesús sacando lo que le decía y poniendo lo que traíamos, sin chistar, sin una mala cara o gesto, ni siquiera disimulado.
Creo que desde que ha llegado a casa hasta que se ha marchado hemos empleado tres horas y eso que el trastero está cerca de casa. De no ser por mi despiste habríamos terminado en tres cuartos de hora :(
Esto es un amigo, ¿a que sí?
¡Mil gracias, Jesús!
Eso es más que un amigo, es un esclavo. La leche. Y encima le van a detener en cuanto vean la cinta de como pretendía desvalijar todos los trasteros. Ja, ja.
ResponderEliminarQuita, quita, Bucan, que ya he enviado un correo electrónico al responsable, explícandole lo sucedido.
ResponderEliminarEs fácil constatar que volvimos más tarde yendo directos al objetivo, así que no creo que haya problema.
Jesús es un buen amigo, no una amistad, esta es la diferencia entre unos y otros :)
Exacto Leona hay que diferenciar entre una amistad y un amigo, de lo primero suele abundar y de lo segundo como es obvio suele escasear.
ResponderEliminarAsí es, Fdelga.
ResponderEliminarMe siento muy orgullosa de mis amigos.
Pues mejor para tí, hay quien dice que quien tiene un amigo tiene un tesoro.
ResponderEliminar¡Soy rica! :)
ResponderEliminarCada uno de mis amigos me ayuda según sus posibilidades, unos están cerca, otros muy lejos, pero demuestran su amistad incondicionalmente.
¿Qué más puedo pedir? Nada, me siento muy satisfecha y contentísima.
Hay que ver como hay que organizar hasta el minimo detalle la cosa mas tonta, para no complicarse.
ResponderEliminarLa proxima vez haremos ensayos y todo.
¡Ja ja ja!
ResponderEliminarVale, ahora ya te conoces toda la nave de arriba abajo, ¡juas!
¿Has anotado el número de mi trastero? ¡No lo olvides! Recuerda que soy muy despistada para eso :)
Jajaj, madre mía que odisea "En busca del trastero perdido"
ResponderEliminarSi querias pasear desde luego lo hiciste con ganas. Jesus mas paciencia que un santo, la verdad que es un buen amigo, otro en su lugar igual no se enfada pero te suelta alguna directa.
Segun leia pensé, bueno cámaras y estos andando en candados, menos mal que has mandado un correo para decir que pasaba a la empresa, os veía en busca y captura jaja.
No está mal para pasar un domingo no tranquilo.
Je je je... El correo al Junior Storage Manager se lo envié nada más llegar a casa.
ResponderEliminarAyer por la mañana me respondió y aunque siempre se expresa con la corrección propia de su cargo, me parece que iba con algo de guasa:
"Buenos días Teresa,
No te preocupes porque el acceso al edificio lo hicisteis correctamente e intentar abrir con una llave un candado no es forzarlo por lo que no hay problema.
Al menos así otra vez con la anécdota recordareis la posición del trastero y no daréis tantas vueltas por el edificio.
Un saludo."
¡Juas juas!
Un amigo te apoya, aunque no sean graves tus problemas, y se ríe de tus chistes, aunque no sean buenos.
ResponderEliminarAsí es, luispi.
ResponderEliminarUn amigo está para todo y siempre contigo, hagas lo que hagas y digas lo que digas.
Lo contrario no es ser amigo.