Circo PSOE

El congreso para elegir al nuevo mandamás del PSOE ha sido un circo, tanto del posmoderno con payasos y animalicos (el moderno es otra cosa, El Circo del Sol), como del romano con cruenta y sangrienta lucha.

Rubalcaba se ha apresurado a decir que es tiempo de unidad, haciendo reír a las piedras porque evidentemente, con su actuación y la de la otra se ha abierto una grieta tremenda en el partido al haber ganado por sólo 22 votos de diferencia.

Una de las imágenes que dejaba este sábado le daba el aviso. Cuando el presidente del 38º Congreso Federal de Sevilla, José Antonio Griñán, anunciaba que Rubalcaba era el elegido, en una primera reacción, sólo la mitad del plenario se ponía en pie a aplaudir. El Congreso ha dejado al PSOE dividido en 2: el 48,8 por ciento que ha apoyado a Chacón y el 51,2 por ciento que ha apoyado a Rubalcaba.

Anda Griñán con el ojete prieto por haber apoyado a Chacón abiertamente y aunque Rubi "el químico" haya asegurado que no pedirá "contraseñas" y todos serán iguales, es evidente que nadie se fía. Porque le conocen...

Los chaconistas no son los únicos que quedaron con un amargo sabor de boca tras conocerse el escrutinio. Griñán, que en esta guerra ha visto a su federación quedar separada prácticamente por un muro a mes y medio de  las elecciones autonómicas en Andalucía, apenas podía disimular el varapalo. Aunque no se había pronunciado en primera persona, su apoyo a Chacón a través de su número dos, Susana Díez, y seis delegados provinciales andaluces fue recibida con un enfado mayúsculo en Ferraz.

Durante la contienda se ha demostrado que ambos tienen ideas fijas: la eliminación de la religión católica y el adoctrinamiento social de las masas.

El primero en abordar, con vehemencia, la cuestión ha sido el ex ministro del Interior. Rubalcaba se ha dirigido a los delegados del congreso del PSOE para solemnizar que «si retrocedemos y si cada vez que la derecha llega al poder reconsidera todas aquellas leyes que hemos hecho entre todos, para aumentar los derechos civiles, y trata de poner dogmas que no son del conjunto de los ciudadanos sino de algunos, el PSOE se replanteará seriamente la revisión de los acuerdo con la Santa Sede, ¡seriamente, seriamente!».

Rubalcaba ha afirmado que los populares «tenían mucha prisa en llegar» al poder, para «imponer la justicia de pago, mucha prisa para quitar la educación para la ciudadanía, y dicen que es para dejar de adoctrinar y yo digo que es para volver a adoctrinar, para eso la han quitado».

Mi subrayado en amarillo pone de manifiesto que este señor miente y engaña que es un disgusto porque su EpC sí que impone a toda la sociedad unos dogmas que no admitimos todos, mientras que la Iglesia Católica no impone nada, puesto que se limita a adoctrinar a quienes lo aceptan voluntariamente.

Cabría preguntarse por qué la izquierda anda tan histérica con un asunto que sólo atañe a creencias personales, íntimas y privadas.

¿Que los obispos se inmiscuyen en política? Siempre ha sido así, pero a ellos no les vota nadie, no son políticos y sólo les hace caso su rebaño, así que es absurdo intentar atraer a los creyentes a este pastizal de degeneración social que es la izquierda.

Por su parte, Carme Chacón ha recogido el guante de su rival en el 38 congreso del PSOE y ha clamado por una España laica porque «ningún poder no democrático», ha dicho, impondrá su moral, y sobre todo porque son «30 años aguantando demasiado».

En un discurso de tono mitinero, Chacón ha prolongado la idea de su rival y ha afirmado: «No es porque nos hagan retroceder 30 años, sino que es que llevamos 30 años aguantando demasiado, ¡30 años aguantando demasiado, con todas sus consecuencias!».

La candidata socialista ha dicho «alto y claro», que quiere una España laica, «una sociedad libre de tutelas convencionales, con una separación clara entre la esfera pública y las creencias privadas».

«Un país en donde todas las religiones sean tratadas con respeto, pero ninguna con privilegio, un país donde ningún poder no democrático imponga su moral y su doctrina, ¡un país laico, compañeros, laico!», ha enfatizado.

Esta señora no sabe que España es un estado ACONFESIONAL, o sea, que ellos mismos (PSOE) decidieron en su día que no hubiera ninguna religión oficial, así que su necedad le revienta las costuras al bramar como una loca contra algo que no existe y más cuando son ellos, los sociatas, quienes han impuesto su moral de desobediencia a los padres y sexo libre.

¿Qué más da que haya ganado uno u otra? Todos son iguales, todos son PSOE, un partido revanchista y harto peligroso por lo que tiene de imposición de su ideología cueste lo que cueste.