No he ido más que para hacer fotos de los decorados y aún así, he acabado hecha polvo fosfatado a pesar de no ser más que tres calles, pues con todas no podía.
Desgraciadamente no he podido ir a la plaza de La Farga, el primer premio, porque fue destrozado en un acto vándalico al que nos tienen acostumbrados los jóvenes del botellón año sí y otro también.
El segundo premio fue para la calle Sagunt por la que también pasaron los vándalos de la litrona según he podido ver.
He empezado el recorrido desde abajo, estas son las fotos de la calle Finlandia. Recuerdo que pinchando en las imágenes se agrandan.
Ambos decorados son el mismo, por delante y por detrás. Las vallas fastidian para las fotos, pero se ve que si no las ponen, los niños maleducados se montan en el barco.
Cuando mis hijos eran pequeños no se soltaban de mi mano y ahora los veo a todos por ahí, solos, que no sé con quien van, como el de tres años con el que me he cruzado en esa calle, pedaleándo contentisímo en su triciclo y que me ha saludado con la manita. Detrás suyo caminaba una pareja joven, pero ni idea de si iba con ellos porque se han detenido a leer un cartel sobre una cena para mujeres ¡horror! y el chavalín ya estaba para entonces al final de la calle, siguiendo imperturbable hacia el tráfico que hay después de las vallas y esa pareja ni flores.
El otro extremo de la calle Finlandia.
La casita es de madera, no de cartón ni porexpan, lo cual tiene mérito. Ignoro por qué conceptos se rigen para votar, pero ya se sabe que nunca llueve a gusto de todos.
Al pasar por dicha calle he observado a un hombre de mediana edad que, instalado en una larga mesa que los vecinos usan para cenar en comunidad como siempre se ha hecho, montaba aviones de madera cuyas piezas ya tenía troqueladas en cajas.
He pensado que tal vez los vendía luego en una parada de esas con las que me he encontrado al enfilar hacia la calle del tercer premio, Alcolea del Mig, cerca de la estación de Sants, las que se montan durante una Fiesta Mayor, de artesanía, trapos que se deshacen con sólo mirarlos pero cuestan un ojo de la cara, quesos, embutidos, aceitunas, etc. A la vuelta supe que no.
Ahora vamos a ver la calle Sagunt, segundo premio.
El tema es "Qualsevol nit pot sortir el sol" (Cualquier noche puede salir el sol), un tema del cantautor Jaume Sisa que ha inspirado a los vecinos de esta calle para montar un decorado "patas arriba" como veremos.
Material reciclado, envases de plástico recortados artísticamente y cartuchos de te y café ensartados para hacer guirnaldas.
Toda la calle decorada así y cada pocos tramos...
Mesas colgadas del techo (¡Ay, Sisa!) Cada una esperaba comensales como Pulgarcito, Blancanieves, Doña Urraca... Decenas de personajes de nuestra infancia, sin olvidar un ejemplar de alguna revista de la época.
Son muchas, a todo lo largo de la calle, así que he acabado tirando una foto general:
A mitad de la calle hay una casita que ha sufrido el efecto de los borrachuzos maleducados.
Aquí puede verse el destrozo en lo que era una ventana y en el tejado. En un lateral también y en la fachada posterior.
El "aviso" me parece pelín tonto. ¿A quienes pretenden concienzar? ¿A sus hijos?... Pues lo tienen crudo porque tanto buenismo no lleva a ninguna parte y a la vista está.
Vamos a la calle que ha merecido el tercer premio, Alcolea del Mig.
El tema escogido por esta calle es la mitad, el medio, aunque hay decorados que no entiendo, pero bueno.
Ahí arriba, la Sagrada Familia a medias.
Lástima que en esta foto no se aprecie bien, porque es Punset clavadito, lo reconocí antes de llegar a él.
Pasa que el sol me cegaba y no me permitía ver el visor de la cámara, conque tiré la foto sin ver un boniato.
Eso sí, no sé qué tiene que ver con el tema. Debe ser un programa que hace, pero lo desconozco.
El Minotauro. Por ser mitad toro, mitad hombre.
El "techo" de la calle Alcolea. No me ha gustado por cambiar bruscamente a tramos, han hecho una mezcla que es un pastiche infumable.
El ying y el yang, con notas musicales. ¿Son semicorcheas? Ya no me acuerdo, hace mucho que estudié música y obviamente, se me ha olvidado todo al no poder usarlo.
Son pantys, pero los llaman medias...
Final de la calle premiada.
Llegaba yo por atrás y al ver el chorrito de agua pensé si habían montado el Manneken Pis. Pues no, una sirena más fea que picio. Mitad mujer, mitad pez.
A mitges. Sí, para mí se han quedado a medias. No me ha gustado.
La calle Alcolea sigue por arriba, Alcolea de Dalt. También participaba pero no ha obtenido premio porque en esta edición se han limitado a tres. Se ve que antes se repartian premios a mansalva y los que se quedaban sin ninguno por muy poco, se sentían ofendidos.
El tema de Alcolea de Dalt es Hello Kitty!
Muy original no me ha parecido, pero...
Atención a esta señora mayor que camina ahí delante. Se me ha dirigido mientras intentaba enfocar la imagen, preguntándome si ya había visto el final, señalando delante. Le he dicho que no, que venía de abajo e iba subiendo. Estaba la mar de contenta y feliz, diciéndome que fuera, que fuera, que era molt maco (muy bonito). Le he dado las gracias, asegurándole que por supuesto iba a verlo, aunque pensando que sería cualquier bobada de cartón piedra como la horrenda sirena de atrás.
A mitad de la calle he encontrado este parque infantil de mentirijillas, pues es un juguete de Kitty.
También ha sufrido vandalismo, pues aunque está cercado de madera, ha necesitado dos vallas oficiales por haber destrozado los tablones los alcoholizados.
Ya llegaba al final de la calle, después de haber pasado por un edificio que recuerdo muy bien de niña por haber estado innumerables veces y haber dormido allí. Pensé que ya no existiría, pero allí estaba, imperturbable.
Su moradora todavía vive, pero está en una residencia.
Un poco más y ¡ondia!, el Pub K1 sigue activo. Qué longevidad. Recuerdo que el bar Buona Sera estaba un poco más allá pero no me he acercado porque hace años que el maricón de Paco salió por patas dejando un reguero de deudas y mala leche. Plantó a su banda y me plantó a mí, pues su banda era la que acompañaba mi grupo de majorettes. Los integrantes tuvieron que dispersarse, búscandose la vida y yo otra banda.
¿Una casita rosa? ¿Nubes rosas? Ya llegaba al final y no veía nada interesante. Ya ni me acordaba de la anciana.
Pero al dar la vuelta a la casita...
Ooooooh... Esto es lo que quería decir la anciana.
¿Por qué Alcolea de Dalt no ha recibido premio? Esta casita tiene muchísimo más mérito que los cuatro pingos premiados.
Debe ser porque el personaje no es catalán. Fijo.
Detalle. Nótese que está protegida como una obra. Cuando yo era pequeña, ni vallas ni zarandajas, restaban incólumnes hasta el final de las fiestas, igual que las puertas de las casas estaban abiertas.
También he ido a la calle Galileo, donde vivían mis abuelos maternos y mi padre tenía la farmacia, pero no he hecho fotos porque no hay decoración, sólo papelitos en lo alto, pero no para concursar.
Después de esto he desandado el camino para volver, ya no podía seguir, estaba agotada. Al pasar por la calle Finlandia he descubierto el misterio de los aviones de madera. Eran para los niños de la calle, estaban unos en la mesa, coloreándolos con rotuladores, y otros en medio de la calle cerrada al tráfico, lanzándolos al aire.
Me ha hecho mucha gracia que, después de lanzar el suyo un niño de cinco años, una niña de cuatro lo ha apartado para ponerse exactamente en su lugar, como si estuvieran compitiendo.
La chiquilla se ha montado el despegue con mucha furia, poniendo caras raras, de velocidad, mientras sacudía el brazo en el que tenía cogido el avión. Lo lanza y... no sólo no ha ido hacia adelante, sino que se le ha caído justo al lado. Menuda cara ha puesto, era todo un poema, je je je...
Bueno, pues que he acabado hecha polvo concentrado pero me ha gustado la excursión, son calles que conozco bien desde niña y me han despertado muchos recuerdos agradables.
El tema de Alcolea de Dalt es Hello Kitty!
Muy original no me ha parecido, pero...
Atención a esta señora mayor que camina ahí delante. Se me ha dirigido mientras intentaba enfocar la imagen, preguntándome si ya había visto el final, señalando delante. Le he dicho que no, que venía de abajo e iba subiendo. Estaba la mar de contenta y feliz, diciéndome que fuera, que fuera, que era molt maco (muy bonito). Le he dado las gracias, asegurándole que por supuesto iba a verlo, aunque pensando que sería cualquier bobada de cartón piedra como la horrenda sirena de atrás.
A mitad de la calle he encontrado este parque infantil de mentirijillas, pues es un juguete de Kitty.
También ha sufrido vandalismo, pues aunque está cercado de madera, ha necesitado dos vallas oficiales por haber destrozado los tablones los alcoholizados.
Ya llegaba al final de la calle, después de haber pasado por un edificio que recuerdo muy bien de niña por haber estado innumerables veces y haber dormido allí. Pensé que ya no existiría, pero allí estaba, imperturbable.
Su moradora todavía vive, pero está en una residencia.
Un poco más y ¡ondia!, el Pub K1 sigue activo. Qué longevidad. Recuerdo que el bar Buona Sera estaba un poco más allá pero no me he acercado porque hace años que el maricón de Paco salió por patas dejando un reguero de deudas y mala leche. Plantó a su banda y me plantó a mí, pues su banda era la que acompañaba mi grupo de majorettes. Los integrantes tuvieron que dispersarse, búscandose la vida y yo otra banda.
¿Una casita rosa? ¿Nubes rosas? Ya llegaba al final y no veía nada interesante. Ya ni me acordaba de la anciana.
Pero al dar la vuelta a la casita...
Ooooooh... Esto es lo que quería decir la anciana.
¿Por qué Alcolea de Dalt no ha recibido premio? Esta casita tiene muchísimo más mérito que los cuatro pingos premiados.
Debe ser porque el personaje no es catalán. Fijo.
Detalle. Nótese que está protegida como una obra. Cuando yo era pequeña, ni vallas ni zarandajas, restaban incólumnes hasta el final de las fiestas, igual que las puertas de las casas estaban abiertas.
También he ido a la calle Galileo, donde vivían mis abuelos maternos y mi padre tenía la farmacia, pero no he hecho fotos porque no hay decoración, sólo papelitos en lo alto, pero no para concursar.
Después de esto he desandado el camino para volver, ya no podía seguir, estaba agotada. Al pasar por la calle Finlandia he descubierto el misterio de los aviones de madera. Eran para los niños de la calle, estaban unos en la mesa, coloreándolos con rotuladores, y otros en medio de la calle cerrada al tráfico, lanzándolos al aire.
Me ha hecho mucha gracia que, después de lanzar el suyo un niño de cinco años, una niña de cuatro lo ha apartado para ponerse exactamente en su lugar, como si estuvieran compitiendo.
La chiquilla se ha montado el despegue con mucha furia, poniendo caras raras, de velocidad, mientras sacudía el brazo en el que tenía cogido el avión. Lo lanza y... no sólo no ha ido hacia adelante, sino que se le ha caído justo al lado. Menuda cara ha puesto, era todo un poema, je je je...
Bueno, pues que he acabado hecha polvo concentrado pero me ha gustado la excursión, son calles que conozco bien desde niña y me han despertado muchos recuerdos agradables.
Me han gustado mucho las fotos y como lo has relatado ha sido muy agradable y divertido.
ResponderEliminarMe alegro de que lo hayas pasado tan bien.
¡Qué rabia que siempre haya gente destrozando por destrozar!
Lo de la niña y el avión, me parece a mí que es una de las cosas para las que las mujeres no tenemos mucha mano, lanzar aviones y cosas así.
Yo he visto a dos niñas jugando con dos palas y una pelota y también para reírse...No pasaban del saque, eso sí, se caía al suelo y cada vez la lanzaba una, pero otra vez al suelo y sacaba la otra y al suelo...todo el rato así.(Algún defecto teníamos que tener).
Son corcheas, Teresa. Las semicorcheas llevan dos corchetes.
ResponderEliminarDe todas formas, las figuras se refieren a la duración, una característica del sonido que tú sí puedes percibir, así que no tienes excusa.
¡A estudiar!
Gracias, Rosa.
ResponderEliminarAl menos he llegado a tiempo de ver algo.
Lo que me ha decepcionado es la pobreza de la calle Galileo, la "mía", porque resulta que también concursaba según he podido comprobar en el programa y como digo, no he hecho ni una foto porque no valía nada en absoluto. Es que no tenía nada :(
Así me lo ha parecido, luispi, pero como el tema era medias cosas...
ResponderEliminarHombre, cuando estudié música ya no oía, estaba incluido en el bachillerato y tuve que hacer la asignatura como todos. Al tratarse de teórica era la primera, ningún problema.
Pero ahora no necesito estudiar.
Bueno, muy bonito todo.
ResponderEliminarAnoche era tarde, y no me fijé.
Por cierto, veo que no se te da mal la fotografía.
Oye, tú eres de letras puras, ¿no?
ResponderEliminarGracias, luispi.
ResponderEliminar¿Por qué me preguntas lo de letras puras?
Reconforta que con la que esta cayendo todavía quede gente con ganas de fiesta.
ResponderEliminarTienes que hacer una excursion como esta al día.
Tú me quieres matar, Periódico; todavía no me he recuperado, siento las piernas como de piedra y la espalda no digamos, ¡uf!
ResponderEliminarNo creo que la tradición se pierda, he visto muchas ganas durante mi corto recorrido.
No sé, pura curiosidad. Es una pregunta que siempre le hago a la gente con estudios que conozco.
ResponderEliminarSi no quieres, no lo digas.
No veo por qué no, luispi.
ResponderEliminarSí, así es.
El vandalismo es una buena muestra de que un país no ha progresado del todo. En todas partes se realizan actos vandálicos con mayor o menor frecuencia, pero lo de España es crónico. Visto desde donde vivo ahora da la impresión de atraso social y cultural. Divertirse haciendo daño no beneficia a nadie, ni a los propios energúmenos ni a la imagen un estado que carece de fuerza para frenarlo.
ResponderEliminarMe gusta la del barquito con el oso polar adjunto. Es atractiva por su sencillez y el detalle del oso al lado, como mascota de los pescadores.
Gracioso lo de las gafas de "Clark Kent" sobre el distintivo de Superman.
Cachondo engendro el que forman esa especie de sputniks soviéticos con aire de "Sagrada Familia" o viceversa.
El androgino de Punset y Rappel esta ubicado en la fachada al estilo de los evangelistas en los pórticos de las catedrales.
Enhorabuena por el reportaje. Lástima que esté teñido por la "participación" de las bestias borrachas.
Gracias, Don Boni.
ResponderEliminarSí, a mí también me gusta mucho el barquito del Polo Norte y el oso está muy bien hecho, nada que ver con la fea sirena de la otra calle, precisamente, premiada.
Como en los concursos de misses, no siempre eligen a la más guapa, sino a la "sobrina" o a la amiguita del concejal de turno.
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