domingo, 10 de enero de 2016

Cambio de protagonista, pero la función continúa




Ante el panorama de nuevas elecciones, algo que ha asustado a Artur Mas, finalmente ha accedido a apartarse. Sólo un poquito de nada, un paso al lado, nunca atrás.
Se ha puesto a disposición del proceso, lo que conociéndole, quiere decir que espera ser Conseller en Cap y seguir a la vista cortando el bacalao. Actualmente se niega este punto, añadiendo que incluso pueda perder su escaño en el Parlament. ¡Qué bromistas son!

La CUP, formación que no sirve para la política, ha permitido investir un presidente que no ha sido votado, dado que su única exigencia era no investir a Mas, con lo que el trilero sólo ha tenido que hacer el cambiazo y los cuperos han tenido que aceptarlo habiendo dado su palabra.
Y más. Han admitido apoyar ciegamente a JxSí a partir de ahora. Otrosí, dos diputados cuperos se han incorporado a las filas de Junts pel Sí para hacer fuerza en las votaciones. Por si acaso.

A Carles Puigdemont, el hombre de paja elegido por Mas como sucesor, le conocen en su casa a la hora de comer.
Claro que una vez investigado, por subirse el sueldo casi un 19% como alcalde de Girona en plena época de crisis. Y por comprar cuadros valiosos con el dinero de los contribuyentes. Seguro que irán saliendo más cosas, seguro.

En fin, sigue el proceso ilegal, sigue la pantomima, la crispación, la burla... y nuestra mala leche.