domingo, 2 de diciembre de 2012

Domingo frío






Hace un frío que pela, pero aún me quedan infusiones de sabores varios que mi amigo Periódico me regaló poco antes del verano. Ahora es el momento de acabar con el contenido de la caja, esa que aparece en la imagen. Mis sabores preferidos son los de frutas rojas del bosque, yum yum..., endulzados con una cucharadita de miel porque se trata de té negro. El té verde de mandarina y naranja también es uno de mis preferidos, así como el té blanco con granada y las infusiones de fresas, frambuesas y arándanos y la Morocco de menta y canela. La de Rooibos no la he probado aún, pero he visto que sus propiedades son altamente medicinales. Finalmente tenemos el té negro de vainilla y caramelo que no me atrae mucho, la verdad, pero es que  ante las frutas, que se aparte todo, je je je...

He desalojado el trastero de alquiler porque ya casi pagaba 100 € de mensualidad y en tiempos de crisis supone una ruina. Hala, ya tengo mi casa que no se puede dar un paso, llena de cajas por todas partes, sin saber dónde meterlo todo.
Y es que son cosas de gran valor sentimental de las que me duele desprenderme, aunque sí voy tirando trastos inútiles, por supuesto, que allí había de todo.
El disgusto me lo llevé anoche cuando Periódico me llamó para decirme que su compañero de trabajo me compraba la máquina de coser y bordar por 100 € y hacía sólo unas pocas horas que mi hijo la había llevado a la planta de deshechos. ¡100 € a la basura! Estaba en perfecto estado, automática, a pedal y motor, con mueble plegable. Una pena.

Otras cosas las he puesto a la venta en Segundamano, pero me estoy hartando del robot que controla los anuncios, es infumable.
Hace unos días puse a la venta un tónel lleno de material para bordar pedrería y en el texto especifiqué que se trataba de perlas, lentejuelas y vidrio, saliéndome el robot de los cojones diciendo que sólo aceptan un artículo por anuncio y yo había puesto varios. Furiosa, me dirigí al servicio al cliente preguntando si querían que pusiera un anuncio para 30 ristras de perlas, otro para 10 kilos de lentejuelas, un tercero para vidrio de tamaño tal, un cuarto para tamaño cual, etc...
Me respondieron deshaciendose en excusas y fue publicado. Pero hoy el robot la ha vuelto a cagar asegurando que puse un anuncio duplicado y "no está permitido". Desde luego, al robocop ese le tendrían que graduar la vista, porque si considera duplicado el anuncio de un chaleco rojo Talla XL y otro chaleco negro talla M... Me recuerda la peli de Robocop, cuando en la sala de reuniones de sus creadores piden a uno de los accionistas que empuñe una pistola para mostrar la eficacia del robot. Éste conmina al hombre a tirar la pistola al suelo y el socio lo hace, pero... en el suelo hay moqueta, el robot no oye la caída del arma y por tanto dispara.
Robots mal diseñados que en vez de aligerar trabajo causan más, ¡bah!

Pongo un cuadro confeccionado con pedrería que estaba en el trastero. Hace años que lo bordé. El marco también lo hice yo.



Usé un retal de cortina floreada como base y el paspartout es imitación de cuero fino. El marco es fácil, en las carpinterías venden listones que te cortan a la medida que desees, se lija, se barniza o pinta y se pega cada pieza en su sitio con cola de carpintero.



En este detalle puede apreciarse la firma, está hecha con vidrio del tamaño de granitos de arena.
Mi firma actual ya no es así, siempre ha ido evolucionando y una vez que la cambié drásticamente, el empleado de la caja de ahorros se fue dentro, a consultar al director, ¡juas! Éste me miró a traves de los cristales y le dijo que sí, que era yo, je je je...

Bueno, voy a ver si encuentro mi varita mágica y coloco las tropecientas cajas al otro lado de la pared o algo así, ¡puf!

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 Nuevo debate en la Comunidad, 'Cómo sobrevivir al apocalipsis'.

10 comentarios:

  1. Me alegro por ti, si te deleitas con las infusiones. A mí me encanta verlas y “me dicen cómprame”, pero no las compro porque ya sé que al final voy al café y ahí se quedan. Debo tener alguna por el armario. Manzanilla tengo siempre, voy comprando, aunque yo no tomo.

    Lo del trastero, desde luego, estar pagando para guardar cosas que no se usan. Al final todo tiene valor sentimental, todo da pena tirar, pero guardamos cada cosa… yo al menos, más de la mitad de lo que tengo guardado se podría tirar y creo que no lo echaría nunca en falta.

    El cuadro es bien animado. No termino de entender muy bien la técnica, pero queda bonito, resulta alegre.

    Alguna vez he echado una ojeada a los sitios de internet donde se compran y venden cosas y en muchos, con según qué cosas, no me salen las cuentas. Empiezo a pensar en los gastos de envío, en que hay que embalarlo, que hay que transportarlo hasta correos o algún sitio similar… y el otro día que estuve mirando dawanda, que vende cosas hechas en casa, manualidades…. A mí no me salen las cuentas.

    Bueno, suerte con la limpieza… agotada, supongo.

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  2. No me gusta el café, pero tengo. Lo compré para Periódico, pero eso sí, en sobres solubles porque si no, se echaría a perder.

    Lo que había en el trastero estaba originariamente guardado en el chalet familiar, el cual tuve que desalojar deprisa y corriendo porque ya me faltaba cantidad de cosas. Para que te fíes de la familia... Sé de una que se llenó los bolsillos a mi costa vendiendo la ingente cantidad de platos, copas, etc. del restaurante que yo regentaba en la urbanización.

    La técnica del bordado en pedrería es ganchillera.
    La tela se monta en un gran bastidor y se trabaja del revés, colocando cada pieza una a una con un ganchillo de punta tan fina como una aguja. El material está ensartado en un hilo y lo que hace el ganchillo es el conocido punto de cadeneta, de ahí que hasta piezas tan diminutas como un grano de arena se puedan colocar fácilmente como si fueran perlas del 4 (grandes).

    Es un oficio, no todos saben hacerlo.
    He bordado para Pronovias, Novias Cid y muchos otros, sobretodo largas piezas de tul y brocado para vestidos de fiesta de la jet set.
    Pero ya no puedo bordar, la espalda no me permite estar horas inclinada sobre el bastidor.

    Yo no pienso enviar nada que me compren, me he localizado en L'H y si no vienen a buscarlo y me pagan en metálico, nada de nada.

    Gracias, chica, agotada es poco, ¡uf!

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  3. ¡Vaya! Le das a todo. También sabes bordar y además en plan profesional. El coser mucho acaba destrozando la espalda. Yo coser, alguna chapuza. Alguna vez he hecho alguna cosa de punto, pero tanto como para dedicarme a ello…

    A mi madre le encantaban todas esas cosas, tengo cosas bordadas por ella de joven preciosas (tan preciosas que dan pena usarlas), y sí, pasaba muchos dolores de espalda porque aunque yo no le he visto nunca bordar (lo hacía de soltera), siempre estaba con alguna labor en la mano, le encantaba y se le daba bien.

    Lo del chalet familiar… pasa en las mejores familias…. Pero… también regentabas un restaurante… lo dicho, le das a todo.

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  4. Pues parece que acerte con el regalito. Me parece que estas navidades van a caer muchas cajitas de esas, jejeje
    Recuerda que tambien te puedes anunciar en El Periodico, en la pestaña Mercadillo, que quite porque nadie se apuntaba. Pero voy a volver a abrir.

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  5. Y más cosas, Rosa, más. Patronista industrial y escaladora. El escalado consiste en adaptar un patrón a una deformidad del cuerpo, joroba por ejemplo, o un hombro más caido que el otro, cosas así.
    También tengo el título de diseño para moda.

    Pues sí, me di la gran paliza de joven, cosiendo y bordando sin parar, con el desastroso resultado final.

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  6. Ya lo creo que acertaste, Periódico, porque aparte de que las infusiones son muy sabrosas, la caja es de calidad y los compartimientos de su interior me servirán para guardar pendientes y sortijas que ahora andan desparramadas por los cajones.

    Bien, luego echaré un vistazo al Mercadillo.

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  7. Mi firma la creé en 3º de primaria, y desde entonces, ha permanecido prácticamente invariable.

    Si alguna vez te mando una carta escrita a mano, cosa exótica para alguien de mi edad, y a la que le estoy tomando el gusto, la verás.

    Yo he mandado tres cartas fuera de España (en concreto a San Bruno, en el estado de California, EEUU). También he mandado otras tres dentro de mi municipio, dos a un escritor, y otra a un amigo mío. Y cuando lo hago, me siento como un burgués del Siglo XIX.

    Por cierto, tú también trabajaste en Correos, noble empresa, por aquello de que es de las pocas que quedan sin privatizar.

    Jajaja, es verdad que lo has hecho todo. Te faltó haber sido concejala por PxC...

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  8. luispi, Don Boni me hizo ministra y me dedicó una avenida nada menos.
    Aparece en su novela de humor.
    Por cierto, que si hasta el 15 de enero no le dejan un comentario de al menos dos líneas siete blogueros que no seamos Periódico y yo, va a darle carpetazo el día 20 y parece que lamentablemente va a ser así :(

    En Correos acabé de destrozarme la espalda los últimos años porque no respetan las categorías. Se me adjudicó la de agente de clasificación, como a muchos compañeros, pero luego nos pusieron a cargar como burros y mi espalda dijo basta.
    Algunos oficiales a los que asistíamos cargaban las masai a lo bestia, hasta desbordarse y trasladarlas a peso hasta las jaulas era durísimo, ocho horas seguidas diariamente, ¡uf!
    Aparte de patearse el pabellón arriba y abajo, casi tan grande como un campo de fútbol.

    Cuando entré, con esa categoría -que no la cambiaron nunca-, el trabajo era más llevadero, clasificaba cartas y paquetes en urgentes y certificados, se "pistoleaba" el código de barras de los paquetes, se introducía la información en el ordenador, se cargaban los carros y se sacaban al muelle.
    Luego a esperar el camión del aeropuerto y vuelta a empezar hasta que llegaba el turno de la mañana. Compartíamos una hora de trabajo con ellos y finalizábamos.

    Me gustaba ese turno. Se cargaba también, pero no toda la jornada, las tareas eran diversas y resultaba entretenido.

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  9. Bueno, a regañadientes, le he hecho el favor de comentar a Boni, a pesar de que me dolió la forma erudita y pedante que rechazó mirar siquiera cómo es mi blog.

    Ya le quedan seis.

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  10. Te lo agradezco mucho, luispi.
    Creo recordar que se trató de un pique inicial, cuando aún no os habíais leído nada mutuamente (en comentarios), porque hace tiempo que te saluda alegremente y cuando los relatos veraniegos comentó el tuyo y te animó mucho.

    Son cosas que suelen pasar.

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