miércoles, 18 de septiembre de 2013

Independencia catalana: la UE es tajante





A cada día que pasa, el asunto pinta más negro para todos. Digo para todos porque los catalanes con dos dedos de frente tenemos que soportar ser arrastrados por políticos que nos llenan de vergüenza ajena al empeñarse en fantasías y engañar a sus seguidores que se lo creen todo.
Es duro estar en contacto con independentistas, tanto familiares como amigos, y comprobar que están convencidos de que sus aspiraciones son tan rematadamente legales, que todas las puertas se les abrirán a su paso, como las del súper... Ainsss...


La portavoz de la Comisión Europea, Pia Ahrenkilde, ha repetido en rueda de prensa que "si un territorio de un Estado miembro deja de formar parte de ese Estado porque se convierte en un nuevo territorio independiente, los Tratados ya no se le aplican". Sin embargo, ha recordado que "cualquier Estado europeo que respete los principios que se establecen en el artículo 2 del Tratado de la UE, puede pedir formar parte de nuestra Unión".

Sí, ya sabemos (al menos los que lo sabemos), primero, ser un Estado legal, esto es, reconocido por todos. Luego elevar la petición y a continuación esperar años mientras es estudiada. Si finalmente es aceptada, necesitan los votos favorables de todos los Estados miembros. Basta uno solo que se niegue y el proceso vuelve a comenzar en caso de que insistan en la petición.
¿Oriol Junqueras (ERC) y Carme Forcadell (ANC) no lo saben? Artur Mas, presidente de la Genralitat, sí. "Arturu", como le llamaban en casa desde niño, nombre que no es catalán en absoluto, usado por quienes se precian de catalanes pero desconocen el idioma, hace tiempo que camina como los cangrejos.

Mas llevaba años detrás de la presidencia de la Generalitat, era el delfín de Jordi Pujol padre y cuando lo consiguió se lió la manta a la cabeza, aspirando a su fantasía de ser el "libertador de Cataluña". Pero los cuatro palos del sombrajo se le han caído pronto. Su castillo de arena ha sido abatido por las olas de la playa. Las olas son la naturaleza impertérrita que nunca cede, está ahí desde que el mundo es mundo y necio es quien construye en la playa o en el lecho seco de un antiguo torrente porque acaba siendo anegado.
Efectivamente, Mas recula, pero tiene encima a Junqueras y sobretodo, a la mandona de la ANC, que parece ser ella quien presida Cataluña.
Esta mujer merece un capítulo aparte porque los catalanes no la han votado, preside una asociación privada y fuertemente subvencionada por la Generalitat, pero ahí la tenemos en todas partes, incluso dando órdenes a Mas.

Asegura Defensor, con el cual mantengo un debate sobre el independentismo desde mayo y por lo cual abri este blog, para no tener que hacerlo en varios, y perdernos, que bienvenidas sean todas las asociaciones y organizaciones que defienden la consulta y la independencia porque según él, la mayoría así lo quiere y la Generalitat está obligada a sustentarlo.
¿Cuál es realmente la famosa mayoría? Creo que mi amigo se partió los piños cuando aseguró en ese blog que la "mayoría silenciosa" pueden ser él, su novia y sus padres porque no asistieron al corro de la patata del 11-S, que él sí está a favor, pero que yo no sé si sus familiares tambien. Efectivamente, sé sus opinones, pero no las de su familia. Sin embargo, se le ha pasado por alto que yo tampoco asisto a manifestaciones -en este caso, por problemas de salud- y familiares míos tampoco, pese a ser contrarios a la independencia, simplemente porque lo consideran una perdida de tiempo y sobretodo, un peligro, que ya saben lo que hacen los encapuchados de la estrellada con mochilas llenas de piedras...

Vamos a dejar las cosas claras. Si Cataluña declara la indepencia, de momento va a ser unilateralmente, porque Rajoy no está para enfurecer más a sus votantes, que bastante enojados están, no sólo con las corrupciones, sino porque es tal que Mas, que no sabes si suben o bajan la escalera, vamos, que si van o vienen. Ambos son unos boniatos mareados por su entorno, incapaces de tomar una decisión correcta. De estadistas no tienen absolutamente nada, ni servirían como presidentes de escalera.


Con Cataluña fuera de la UE volverían las fronteras y los aranceles


Así es, por mucho que Oriol Junqueras (ERC) no se lo crea según sus últimas declaraciones. Es lo que pasa cuando algunos se sienten soberanos sin atenerse a las leyes y reglamentos establecidos, pensando que tienen razón de todas todas.


Estado tercero. Año Cero.
Cataluña no podría pedir su ingreso en la UE hasta que no alcanzase formalmente el estatus de independiente. A partir de ahí, tendría que presentar su candidatura, de la que se informaría al Parlamento Europeo y a las cámaras nacionales de los Estados miembros. Tras la aprobación por mayoría de la Eurocámara y la opinión de la Comisión, serían los Veintiocho, por unanimidad, los encargados de aprobar la solicitud. Un solo país, en este caso España, puede bloquear el proceso, aunque algunas fuentes apuntan que no se entendería la objeción española a un futuro catalán en el seno de la UE. Algo parecido podría suceder con la OTAN y otros organismos multilaterales.

Años de trámites
El acceso de cualquier país a la UE implica años de gestiones. Primero el país candidato presenta su propuesta y, si se acepta, comienza las negociaciones de adhesión. Un ejemplo: la Comisión recomendó en 2009 abrir negociaciones con Macedonia, pero el Consejo (los Estados miembros) aún no han dado su visto bueno. Bruselas insiste siempre en que no hay procesos idénticos —y Cataluña tiene todo el camino andado, puesto que ya cumple con todos los requisitos comunitarios—, pero el mero tránsito por la cadena burocrática implicaría años.

Vuelta al pasaporte
A la espera de otras negociaciones, los ciudadanos catalanes serían considerados extranjeros en la UE y, por tanto, perderían el derecho de circular libremente por sus fronteras y de trabajar sin restricciones en territorio comunitario. Las estancias en otros Estados miembros quedarían sujetas a permisos de trabajo o de estudio, entre otros.

Aranceles
La gran ventaja del mercado único desaparecería para las empresas catalanas. Cualquier firma radicada en la comunidad estaría sujeta a posibles aranceles (al menos a la espera de negociar acuerdos comerciales bilaterales con cada territorio). Y dejaría de beneficiarse de los tratados comerciales que la UE tiene firmados con otros territorios (el Mediterráneo, el Pacífico…), ilustra Araceli Mangas, catedrática de Derecho Internacional Público de la Universidad Complutense de Madrid. Cualquier empresa —incluidos los bancos— se enfrentaría a una maraña de dificultades difícil de desentrañar: posibles boicoteos y salida de inversiones y de capitales por el efecto incertidumbre están en la cabeza de los patronos, habitualmente poco favorables a estas aventuras: la banca de la City de Londres amenaza con marcharse si Reino Unido se separa de la UE. Los escenarios apocalípticos se abrían paso en el caso catalán.

Limbo monetario
Una de las primeras incertidumbres económicas derivaría de la moneda. En principio, nada impide que Cataluña siga utilizando el euro. Hay países (Kosovo, Mónaco…) que lo emplean sin formar parte de la eurozona, pero la salida de ese ámbito impide participar en la toma de decisiones. Es decir, Cataluña no tendría nada que decir sobre la política que regula su propia moneda, una condición difícil de digerir.

Erasmus y fondos de cohesión
Cataluña dejaría de aspirar a dos de las grandes banderas con las que siempre se ha identificado a la UE. Los estudiantes catalanes no podrían optar al programa de intercambio Erasmus ni recibiría a jóvenes de otros Estados miembros. El territorio catalán tampoco optaría a los fondos estructurales y de cohesión, que han permitido un importante desarrollo económico en España desde su entrada a la UE, en 1986.



Pérdida de la protección consular

De declararse Cataluña independiente, además de tener que hacer frente a la creación de una red diplomática y consular propia con la enorme carga económica que ello supondría y las limitaciones a las que se vería sometida frente a la española —que está presente en cerca de 120 países—, el territorio además perdería otra gran ventaja que sí tienen los miembros de la Unión Europea: la protección consular, establecida por el artículo 20 del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea.
Fuera de la Unión Europea y dentro de un país extranjero, cualquier ciudadano europeo puede beneficiarse de la protección que otro país miembro tenga en la zona, tratándole como a un nacional del Estado miembro al que representa. Así, en los casos en los que no existe protección diplomática y consular en el territorio de un país tercero, pueden acudir a la de cualquier país europeo. Derecho que los ciudadanos catalanes perderían.

Adiós al colchón de los rescates

Abandonar el paraguas de la Unión Europea también implica quedarse sin la red de seguridad que supone el sistema de salvaguardas del euro. Dichas medidas se materializan en el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (MEdE), un fondo económico permanente destinado a ayudar a los Estados de la zona del euro con problemas de deuda soberana creado el 11 de julio de 2011. El MEdE, que entró en vigor el 8 de octubre de 2012, sustituyó al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y al Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera, organismos a través de los cuales se canalizaron los rescates a Irlanda (17.700 millones), en noviembre de 2010 y Portugal (26.000 millones) en abril de 2011, además del segundo rescate a Grecia (109.000 millones) y de la ayuda al sector bancario español aprobada en julio de 2012.
Además, la independencia catalana también supondría abandonar los instrumentos de protección financieros de los que dispone España: el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), el fondo creado en 2008 que gestiona los procesos de reestructuración de entidades de crédito —y que ha intervenido, entre otras, en las entidades catalanas Catalunya Caixa y Unim, esta última ya integrada en el BBVA—; y el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), una línea de crédito que el Estado pone a disposición de las autonomías con problemas de acceso a los mercados para que se financien a bajo coste. Cataluña, que este año ha pedido 9.300 millones (que se suman a los 5.400 del año pasado), es de lejos la comunidad autónoma que más se ha beneficiado de este mecanismo.

Derecho a voto en las municipales de otros países

Actualmente, todos los ciudadanos comunitarios tienen derecho a votar y a presentarse como candidatos en las elecciones municipales de cualquier país miembro de la Unión Europea en el que residan, aunque no sea el suyo, y bajo los mismos requisitos exigibles que a los nacionales. Eso significa que los catalanes afincados en cualquiera de esos países perderían este derecho y quedarían sujetos a la regulación que cada Estado fije para los extranjeros no comunitarios. Una normativa que suele ser más compleja y más exigente para aquellos que quieren conquistar su derecho a sufragio.
Ver más información aquí.


Yo ya no viajo, pero mis hijos y otros familiares están rabiosos. ¿Pasaporte para ir a ver a la familia ahí al lado? ¿Perdida de derechos de todo tipo por las aspiraciones de unos necios sin neuronas que construyen castillos de naipes?
¡Ja! lo tienen crudo. Se van a enterar, ¡por Thor!


2 comentarios:

  1. Leí ayer comentarios acerca del informe de la UE, y también leí que "Bildu" vuelve a ponerse en plan independentista, así como un grupo gallego cuyo nombre no recuerdo ahora. Son ganas de autoinmolarse, je, je!
    Buen día, los que están pendientes de la aprobación del comentario le saludan.

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    Respuestas
    1. Ganas de autoinmolarse y de tocar las narices, no lo dude.

      ¡Buenos días!

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