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J. O. Noville y yo tenemos a un psicópata encima desde hace más de un año. Nos hemos visto obligados a cerrar nuestros blogs a comentarios ante la avalancha de ellos, siempre de caracter insultante, con descalificaciones personales y alusiones sexuales.
A veces usa un nick, -varios distintos- o bien simplemente como anónimo. Su intención en este caso es desprestigiarnos ante los demás, intentando que vean como mucha gente nos ataca. Es inútil, siempre acaba delatándose con una palabra o una frase determinada. Es una sola persona.
También nos envía correos electrónicos y por supuesto, le tenemos en todas partes, en todos los alojamientos donde estamos.
En los foros de El País ha abierto toda una batería de identidades, incluso ha suplantado las nuestras como he dicho en mi anterior post. Sí, existe otra felina allí...
¿Por qué lo hace? Por envidia principalmente. Cuándo charlaba conmigo al msn, antes de quitarse la máscara, me dijo que no le gusta Noville y que no parará hasta acabar con él. Ahí fue cuándo se acabó la historia y pasó a atacarme de nuevo, esta vez sin máscara.
El experto aconseja alejarse de gente así. Muy bien, ello en la vida real, ¿pero y aquí? Yo no estoy dispuesta a desaparecer de Internet por la voluntad de un ser abyecto, ruin y despreciable.
No voy a esconderme bajo otro nick ni alejarme de mi amigo. Esto es lo que el psicópata quiere, me lo repetía constantemente bajo su identidad de Marta González, que me apartase de J. O. Noville, que dejase de defenderle y les dejara a ellos solos. También hace poco, con la de Nen Blau. Le molesta que yo responda por Noville, quiere que lo haga él, pero a mi amigo el psicópata le merece la misma atención que una chinche y solo pone sus comentarios en su blog por un motivo determinado.
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