domingo, 5 de mayo de 2013

Anécdotas de domingo





He encontrado esta foto sí o sí, pues ando rebuscando miles de cosas, haciendo limpieza a fondo. Buenooo... no tan a fondo, aún me queda mucho, ¡buf!

Es del club deportivo y social de la urbanización, de cuando estaba activa a más y mejor. Sopar de germanor (Cena de hermandad) se llamaba a este evento anual.

Por la tarde se cerraba la piscina a los socios antes de la hora y entraba yo, pertrechada con cuerdas, cinta adhesiva, la manguera de riego del jardín, un carrete de hilo metido en el escote del bañador, y una bolsa llena de hojas del emparrado de mi casa.

Tenía público, puesto que lo hacía por la tarde, con la terraza (delante de la piscina, no se ve en la foto), llena de socios jugando al dominó y a la canasta, o simplemente tomando una copa hasta la hora de ir a casa y emperifollarse para la cena.

Fue idea de uno de los mandamases del club, me preguntó si podía hacer lo que se le había ocurrido y dije que sí, por supuesto. No tenía nada de dificil. Cogí uno de los "salvavidas" de la piscina, concretamente el que muestra su ausencia en la foto, esos dos hierros sobre la barandilla del fondo de la imagen. Lo até con cuatro cuerdas de naylón a las escalerillas de la piscina para mantenerlo en el centro. Con la cinta adhesiva coloqué la manguera de riego en su justo centro y después de unas pruebas para que el chorro de agua brótase bien, el resto fue artístico: rodear el flotador con las hojas naturales mediante el carrete de hilo y añadirle unas cuantas flores artificiales de las que habían sobrado para decorar las mesas.

En la del centro estoy con mi familia. Llegué la última, claro. Siempre acababa cogiendo frío al terminar sin sol, entre pinos, mucho tiempo en el agua hasta perfeccionar el surtidor. Pero luego me resarcía con las felicitaciones de todos.

Lo gracioso es que a la hora de desmontarlo me salían ayudantes por todas partes y tenía problemas para detenerlos. Cosas de estar pasados de copas... Vamos, que para montarlo, hasta el empleado como salvavidas se largó cuando le dijeron que no permitiése la entrada de nadie más y sacáse a los usuarios que había en ese momento. El de la junta pensó que me ayudaría y se enfadó mucho al saber que se había ido sin más. Un mal entendido que no me supuso ningún problema, ya que me las apañé muy bien sola  y para mí mejor. Pero los "ayudantes" para desmontar... ¡uf! Esos sí me dieron problemas al hacerlo sin orden ni concierto, en plan desmadre. Menos mal que estaba acostumbrada a hacerme obedecer y conseguí que siguieran mis indicaciones con cuatro gritos bien dosificados.



Aquí mi niño en el Ball del Fanalet (Baile del Farolillo). Siempre le encantó ir de traje y corbata como puede verse en otro año:






La siguiente imagen es de mi primer premio en un concurso de reposteria. Sí, por entonces estaba como una foca y ahora, irreconocible.




Aunque no lo parezca, lo que muestro es comestible, exceptuando la hojarasca, claro. Una base de bizcocho hecha por mí, con un mar de lajas de melón verde confitadas, arena de melocotón, una canoa de raja de melón francés (esos pequeñitos), manejada por indígenas hechos con moras y palillos, y la selva tropical con las mismas hojas de mi casa que usaba para el surtidor de la piscina.

Una anécdota: las señoras mayores que también habían presentado sus obras pidieron probar la mía, quizá por aquello de creer que el premio era simplemente por la presentación. Craso error, se apresuraron a preguntarme cómo había hecho el bizcocho, que el suyo estaba quemado en su base y el mío no. No me importó decirlo: hay que esparcir harina tamizada con un colador en la fuente, antes de añadirle la mantequilla y verter encima la masa.

¡Me lo pasaba estupendamente en el club!

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Esta vez es en el blog de PxC. Menuda tabarra me está dando un anónimo. O más de uno, que vaya usted a saber, ya que con esos cobardes, nunca lo sabes.







7 comentarios:

  1. EStamos en plan nostalgico. Volveran los buenos tiempos, las crisis son siempre pasajeras

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    1. Bueno, ya sabes que me gusta recordar los buenos momentos y afortunadamente, dispongo de una extensa colección ;D

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  2. Está bien recordar los buenos momentos y disfrutar de ellos otra vez.
    Son bonitas las fotos.
    Cuando dices "aunque no lo parezca, lo que muestro es comestible"... vale, vale. (Son hojas de plantas ¿no?)(Será comestible lo que no se ve... no es por ser "tiquis-miquis").

    De todas formas se ve que te lo estabas pasando pipa y que te gusta recordarlo. Además estoy segura de que debajo de tanta hoja había un dulce buenísimo tal y como comentas.

    Felicidades con retraso. ¡Cómo presumes de hijos!

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    1. Je je je... aprovecho tu comentario para decir que el troll habitual me está acribillando con "¡Vaca!" "¡Gorda!". Ya sabes, su media neurona no le permite extenderse más, ¡juas!

      Pues sí, disfruto rememorando buenos momentos y mostrando las fotos.
      Pincha encima, Rosa, se agrandan y verás mejor mi dulce isla tropical.

      Ya lo creo que presumo de hijos. Pasa que la chica es reconocible, de ahí no poner tantas fotos suyas, mientras que el chico ha cambiado mucho al ser hombre. Pero se me cae la baba con ambos, les quiero muchísimo.

      Por cierto, puedes verme en la Comunidad cuando actuaba con las Majorettes de Barcelona, otra anécdota del pasado.

      ¡Gracias!

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  3. Hola!
    Nos hemos convertido en máquinas de contar anécdotas. Yo me lo paso muy bien en la Comunidad escribiendo las historietas reales de mi pasado, y eso que sigue sin gustarme mucho hablar de mi vida, pero en este caso se trata del trabajo, je, je!, aunque sea un trabajo estrambótico y divertido.
    Muy buena su anécdota de domingo!
    Feliz martes!

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    1. ¡Hola, señor contramaestre!

      Siendo las anécdotas historias reales, siempre gusta rememorarlas.
      Usted y yo tenemos una extensa colección por nuestro pasado artístico, por esto disfrutamos a más y mejor.
      Es posible que otros también las tengan, pero que no se atrevan a contarlas. Una lástima.

      ¡Feliz día!

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