José Bretón. Veredicto unánime: culpable

No podía esperase otra cosa, dados todos lo indicios y sobretodo, su aspecto ante las cámaras, sin parpadear ni mover un solo músculo, con la vista fija perennemente en los testigos. No tiene aspecto de humano, parece un androide.

No. Es un psicópata. He ingadado mucho respecto a estos "humanoides" por tener a uno dandóme la brasa desde hace años. 

Son amorales. No sienten el dolor de los demás. Hacen daño congratulándose de ello. Disfrutan y se regodean. Además, se creen impunes, una maravilla de inteligencia.

He estado siguiendo la vista por televisión al estar en casa de mi tía esta mañana. Ella me informaba de lo que se iba diciendo. Cuando el acusado escuchaba el veredicto, primero permaneció como siempre, como una foto recortada y pegada, completamente impasible. Se veía al policía que lo custodiaba parpadear de vez en cuando, igual que a su abogado, pero finalmente empezó a parpadear. Conté tres parpadeos hasta que me cansé. "Este tipo no se lo esperaba", comenté a mi tía y a un amigo que llegó justo entonces. "Empieza a desmoronarse".

Su culpabilidad está clara, sus mentiras no tienen razón de ser. Quería hacer daño a la madre se sus hijos y lo hizo, asesinándolos. La hoguera de Las Quemadillas -¡maldito nombre!-, es prueba palpable a pesar de la metida de pata de la primera forense, la cual dictaminó que los huesos encontrados eran de roedores. Menuda imbécil. Yo conozco los huesos de roedores por haberlos encontrado en el terreno del chalet familiar, gatos, conejos y ardillas,  y jamás los confundiría con unos humanos. En un pueblo de Sevilla me hice con unos del tiempo de los romanos, en un cementerio bajo un huerto. Los restos pasaron al Museo de Sevilla, pero se dejaron cantidad de pequeños huesos que el perro de la casa se jalaba alegremente y al cual le pispé unos cuantos. Eran radio o cúbito, los huesos del antebrazo, aunque rotos, en fragmentos, pero perfectamente reconocibles hasta por una profana como yo.

Fastidia que alguien con presunta titulación cometa tamaño error garrafal, confundiendo huesos humanos con los de animales, sólo por su tamaño.

Bueno, esto ya quedó aclarado, la forense metió la pata hasta las corvas y los huesos son humanos por otros estudios.

El psicópata estaba convencido de que al haberlos calcinado no se podría encontrar el ADN, como así es, pero siguen siendo humanos y de las edades de sus víctimas, Esto es incuestionable.

40 años de prisión por doble asesinato -no homicidio-, con el agravente de alevosía. ¿Y qué? De momento su abogado ya ha dicho que recurrirá. Ya me lo esperaba, pero es que si se confirma la sentencia, a los cuatro años saldrá de prisión por buena conducta. Y la madre de sus hijos tendrá que poner tierra de por medio para no ser asesinada también.

¿Nadie sabe lo que es un psicópata? No es un enfermo mental y ahí reside el problema al no considerarle como tal. Es una persona diferente al común de los mortales. Alguien que se cree por encima de los demás y a quien no le importa hacer daño, todo lo contrario, disfruta con ello y se cree superior a sus víctimas.

Son personas peligrosas, pero no son tenidas en cuenta por la justicia y las instituciones al no  ajustarse a sus parámetros habituales.

¿Hasta cuando tendremos que esperar a que los flamantes titulados de esto y aquello aprendan la realidad en vez de seguir papando moscas?

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El Concurso Veraniego de Relatos Cortos ha empezado con un relato que "mata" a Bolinaga, el asesino etarra. ¡Ojalá todo fuera tan fácil! Porque éste es también un psicópata.