martes, 14 de diciembre de 2010

Mi mascota


Todo blog que se precie tiene su troll habitual, ¿no lo sabiáis? Si no tienes un troll no eres nadie en Internet, que lo sepas.
Al mío le he tomado cariño y todo porque después de casi cinco años haciéndo el idiota diariamente, con sus monerías y bufonadas, ya es mi mascota.

Me hace pasar muy buenos momentos, lo reconozco. Basta que ande un poco deprimida por algo, que en cuanto aparece, soltando alguna de sus habituales tonterías, me desternillo de risa y se me pasa todo. Ainsssssss... criaturita.

Y es que el animalico me admira tanto, que no puede reprimirse en intentar imitarme y va por los blogs disfrazada como si fuese yo. ¡Cuanto me quiere!
Bueno, vale, hay que tener en cuenta su escasa capacidad neuronal, por esto antes iba con su disfraz insultando sin ton ni son, pero poco a poco ha logrado comprender que se caía por su propio peso porque es de tontos sin sentido eso de insultar a quien te comenta, es tirar piedras contra tu propio tejado y nadie inteligente lo haría. Sólo mi mascota, claro.

Pero poquito a poquito, se ve que lo ha comprendido. Vaaaleee... que le ha costado casi cinco años, pero bueno, con media neurona y averiada, supone un gran triunfo, ¿no?
Ahora va tan pimpante, expresándose bastante modosita, intentando hacerlo como yo. Pasa que, claro, le va a costar otros cinco años comprender que yo no voy contando intimidades en público, así que tampoco cuela, pero es que le hace mucha ilusión hacer el ridículo.

Efectivamente, pronto me di cuenta de que su principal afán es hacer el ridículo cuanto más mejor y reconozco que llega a superarse, con lo que me depara muy buenas y sanas risas. A veces les paso algunos de sus gruñidos a algunos amigos y nos desternillamos hasta que nos duelen los costados.

Alguna vez me han preguntado si ese bicho existe porque, aunque muchos ya lo conocen, otros no. ¡Pues claro que existe! Vive en Cambrils (Tarragona), en la red de alcantarillado, pero le encanta mi blog y siempre está aquí.

Ya, ya sé que a los trolls no hay que mencionarlos porque hacerlo supone darles de comer y engordarlos como se ceba a los cerdos, pero es que me ha emocionado venir después de mi ausencia y encontrarme con una avalancha de sus gruñidos habituales, pero estos de preocupación.
Ayyyyyyy... ¿qué sería de mi mascota si yo falto? ¡Pobrecica, si no sabe hacer nada más!



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5 comentarios:

  1. Bueno, Teresa, mi Blog, igual que mi difunto canal de YouTube, no tiene un troll fijo, sino que es zona de paso para todos los trolls, puesto que son bienvenidos. De todas formas, tu mascota es el troll más habitual con diferencia incluso en mi blog, sí.

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  2. Hombre, tengo otros, pero este es persistente desde hace la tira de años, vive aquí, en mi blog, no tiene otra cosa que hacer.

    Oye, no te he publicado lo de la otra entrada porque no quiero hablar de ello. Compréndelo.

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  3. Lo comprendo perfectamente, Teresa.

    Oye, por cierto, ¿por qué dices en tu felicitación que soy un astrólogo? ¿Por lo del clima de Marte?

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  4. Quita, quita, debía poner astrónomo, por tus lecturas infantiles. Me confundi :(

    Recuerda que primero te envié el original, la imagen sin nada, ¡uf!

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