El pajarraco quiere huir

.

Garzón sabe mucho de esto, no olvidemos a cuantos ha permitido huir, desde narcos a etarras.
Pretende volar con la excusa de ir a trabajar a la Corte Penal Internacional, como De Juana Chaos, que pidió permiso para ir a Dublín a renovarse el pasaporte y no le hemos vuelto a ver el pelo.

Es evidente que las cosas no están saliendo como esperaban él y sus encubridores. Sí, los que le apoyan son encubridores por intentar evitar que sea juzgado y esto es así aquí y en la Cochinchina.
Los cargos de prevaricación y cohecho son lo suficientemente graves para actuar sin dilación y sin embargo, todavía no se le ha apartado de sus funciones en el Juzgado Nº 5, debería estar cesado ya. Esto es una burla flagrante.

A priori, esta decisión no afecta a las tres causas penales que Garzón tiene pendientes ante el Alto Tribunal: por los casos del franquismo, de las escuchas de Gürtel y los cobros por los cursos en Nueva York. En todas ellas se le acusa de un delito de prevaricación, el hecho delictivo más grave que se le puede imputar a un magistrado: “dictar resoluciones injustas a sabiendas de que lo son”.

Lo del franquismo sabemos perfectamente de qué va, se negó a juzgar a Carrillo argumentando lo mismo que ahora, curiosamente, rechaza al tratarse del otro bando. Si esto no es prevaricar...
Sobre las escuchas de Gurtel, ha dicho que no, que él no pretendía escuchar nada. ¡Anda! igual fue una inocente palomita que se posó en su hombro y le contó las conversaciones que había escuchado.
De los cursos en Nueva York sigue negando haberse relacionado nunca con Botín, pero resulta que éste ocupó con él la mesa presidencial de los novios en el banquete de la boda de su hija. Desde luego, estos banqueros tienen un morro que se lo pisan, se presentan en un banquete de bodas y se sientan junto al padre de la novia sin haber sido invitados y sin conocerse de nada...

Sin embargo, esta astuta maniobra sí que podría valerle para evitar que el Consejo General del Poder Judicial lo suspenda en sus funciones, y por ende, le obligue a abandonar por la puerta de atrás el juzgado de Instrucción Número 5. Según han señalado fuentes del gobierno de los jueces a Libertad Digital, esta solicitud podría provocar que el CGPJ no lo suspendiese ya que la suspensión cautelar es una medida que se adopta para apartar a un magistrado de su función jurisdiccional, algo que Garzón ya habría conseguido al irse de consultor a la Haya.

Ahí está la maniobra, intentar escaquearse para mantener sus privilegios. Lo gordo no será si le conceden el permiso, sino si en la Haya aceptan a un juez con tres causas abiertas ¡y por prevaricación nada menos!
¿A qué esperan para cesarle? Desde luego, todo apunta a que el cuervo volará, se está haciendo todo lo posible para ello y el motivo lo sabemos perfectamente: sabe demasiadas cosas de algunos miembros del Gobierno y del de Felipe González. O lo dejan escapar o caen todos.

.