domingo, 10 de febrero de 2013

Mis cosas de domingo




Ayer celebré mi cumpleaños con mis hijos y mi yerno. Mi hijo ya estaba en casa desde el viernes y Laura me había enviado un SMS diciendo que no preparase nada, que traerían ellos la comida. Llegaron con ella y cava, y con esta hermosa planta.

Como es habitual, fue una estupenda velada. Pensé que podríamos jugar a las palabras cruzadas en la sobremesa, pero mi yerno Albert mencionó que quería disfrazarse de Mahoma y que si tenía algo para ello. ¡Ostras!, de Mahoma nada menos. Claro que tengo, aunque no sea de ese tipo precisamente, pero guardo una extensa colección de disfraces, tanto infantiles como de adulto, así que mi hija sacó las cajas y nos divertimos mucho probando disfraces.

Contenté a Albert proporcionándole una túnica color arena que había confeccionado años atrás para el rey Melchor, para los ya desaparecidos almacenes Capitol de la calle Pelayo de Barcelona, y el turbante de Baltasar, al cual quité las plumas de la frente porque el camellero pederasta no las usaba. Lo completó con dos pañuelos palestinos, uno en la cintura y otro sobre los hombros. Siendo barbudo daba el pego, aunque con lo alto y delgado que es, más parece Bin Laden, ¡uf!
Mi hija eligió un disfraz de monja. Este era suyo, del insti, quiero decir que no lo confeccioné yo, lo compró para hacer una comparsa con las amigas.
Àlvar pidió una foto con ellos, luciendo un cinturón de campeón de lucha libre y la hice con la cámara de mi hija, que la mía se quedó sin pilas como de costumbre, pero no la puede subir. Dice que está en la cámara, puede verla, pero no sube. Qué mala pata. La vi y estaban estupendos, que completé el disfraz de Albert con un cuadro de fondo negro y carácteres y marco dorados con los 99 nombres de Alá, regalo de mi amiga Djamila hace años.

Sí ha podido subir las otras y me las ha enviado.

Aquí con mis tesoros, felices y contentos como siempre. Ojo al dato, luzco un jaspe rojo al cuello, regalo de mi amiga Pedrusco Dormido, je je je...
Y un lamparón en la blusa, ainsss... Si no es por la foto no me entero.

La brujita. Este disfraz está incompleto aquí. Falta la túnica larga hasta los pies debajo de la sobrefalda lila. Laura se lo puso sobre la ropa que vestía, sólo para probárselo, ya que se lo hice de niña y como puede verse, no ha engorado ni un kilo.

La targui. Este es mío. Me lo hice para el Carnaval de los coles cuando estaba en las AMPAs del CEIP del chico y el IES de Laura.
En el primero, Djamila y su marido Mustafá abrieron unos ojos como platos al verme aparecer en el patio de esta guisa y en el insti, Adill se empeñó en que tenía que haber ganado el primer premio, por más que le expliqué que yo no puntuaba al ser la organizadora.

Lamentablemente no se probaron más disfraces para poder hacer fotos, una lástima porque hay muchos y bonitos, como el mío de india siux. Este tiene una anécdota. Participé en una rua y al acabar me fui directa a un club deportivo donde me esperaban para firmar el contrato de la concesión de los bares y el restaurante; al verme llegar de esta guisa hicieron broma porque lo cierto es que había que negociar las condiciones. ¿Os imagináis diciéndoles "Hombres blancos hablan con lengua partida. ¡Jau!"? ¡Juas juas! Conseguí un buen acuerdo porque siempre tengo en cuenta el regateo y de entrada pido más, je je je... Soy la reina de las negociaciones.

He escaneado unas fotos que estaban a mano, de mis hijos de niños, pero aunque he buscado más, son tantas y están tan mezcladas, que es imposible de momento.

Aquí mi "dulce" Cupido. Lo de dulce es un decir porque solía poner el ceño fruncido cuando veía la cámara. El arco lo agarra firmemente en su mano izquierda, pero el carcaj lo tuvo que llevar su padre (detrás) porque no le dió la gana de colgárselo.

El Capità Espinacs (Capitán Espinacas), remedo de El Capità Enciam (Capitán Lechuga), una serie infantil de TV3 entonces. Me gustó la tela verde, así que hice unos cambios a mi manera.
Mi soberbia tripulación, feroces piratas de los siete mares.

El Power Ranger azul. Al año siguiente quiso ser el rojo y menos mal que se le acabó pasando la afición a esos personajes, porque ya me veía confeccionando el mismo traje en amarillo, verde, blanco y negro, ¡uf!
Las puntas de la lanza las hice con espuma porque si no, ese no deja títere con cabeza, ¡juas!

Para terminar, una anécdota graciosa. Tengo guardadas monedas -y billetes- antiguas. Mi madre empezó la colección y yo la seguí. El otro día las saqué y las puse en un plato de vidrio sobre la mesa del comedor, a modo de decoración.

Llegó mi hijo mientras estaba en el baño y al salir estaba perplejo mirando las monedas. Estallé en carcajadas cuando me dijo que su primera impresión al verlas fue "¡Osti, mi madre ha jugado a las tragaperras y ha ganado!". Nos partimos de risa ambos durante un buen rato, ¡juas juas!

Estoy contenta, con mis hijos siempre nos lo pasamos estupendamente.

8 comentarios:

  1. Muy bonitas las fotos. Me han encantado sobre todo la de Cupido y la del Capitán Espinacas.

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    1. Otro domingo pondré más si las voy encontrando.
      No hace mucho, intenté ordenarlas, pero son muchas, añadidas también las que guardaba mi difunta madre y acabé abandonando después de varias horas sin haber podido terminar.

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  2. FELIZ CUMPLEAñOS, BUENA MUJER!!

    Feliiiiiiiiiiiiiiiiiz... Feliiiiiiiiiiiiiiiiz... en tu diiiiiiiiiiiiia...!!

    Venga, y a cumplir por lo menos 97 más y ampliando la colección de disfraces!

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    1. Gracias, gracias. Pero la fiesta es en la entrada anterior, je je je...
      Vaya, que todavía quedan manjares y bebidas ;D

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  3. Jajaja, tu hija de monja.

    Yo llevo ya tiempo sin disfrazarme, pero las dos últimas veces que me disfracé lo hice de lo mismo: de gentleman. Es un disfraz que me encanta. Me hace sentir importante.

    El disfraz es siempre: zapatos negros, pantalón negro, camisa blanca, chistera negra, la pajarita negra de la boda de mi padre y la chaqueta negra de la boda de mi padre.

    Si en el futuro me vuelvo a disfrazar, me disfrazaré de eso. O de científico: una bata blanca, un pantalón vaquero y unos zapatos negros.

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    1. Sí, de monja, pero tendrías que verla de geisha, con un tocado fabuloso, de pelo natural (el mío, de la primera vez que me corté el pelo muy corto) Puse una base de porexpan pintada de oro y le clavé bastoncillos ondulados y de ellos, ristras de cuentas de vidrio dorado y perlas.
      O de Diana, la lagarta de la serie V.

      Yo también hace años que no me disfrazo, ¡con lo que me gusta!
      El de gentlemen y el de médico son muy socorridos, je je je...

      Ah, con el de centurión romano disfruté muchísimo. Hice una silla de mano y en ella un maniquí a tamaño natural del Rei Carnestoltes, llevada en andas por cuatro alumnos vestidos de esclavos. Seis alumnas iban de bailarinas delante y yo de centurión con una soberbia coraza, yelmo empenachado y capa roja.
      Lástima que el Ayuntamiento sólo nos dio permiso para dar una vuelta a la manzana. A ver si encuentro las fotos, que haberlas haylas.

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  4. Por cierto, ¿eso son pesetas?

    Si alguna vez voy a tu casa, ¡escóndelas, que te las quito!

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    1. Sí, la mayoría son pesetas, tanto de Franco como de Juan Carlos, además de conmemorativas.
      Y también moneda extranjera de diversos países. Hay una de Jorge V de Inglaterra, de 1949.

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