¡Zapatero en gayumbos!

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No sé quien es José García Abad, pero según las crónicas, un escritor de los "serios". Periodista y editor que ha publicado otros muchos libros y un veterano de izquierdas que se declara socialista.
Poniendo por delante la presentación para que no haya sospechas de que sea Rajoy disfrazado,  (añado que García Abad apoya a la vedette desplumada), me congratulo en traer las conclusiones que se han sacado del estudio serio del libro de este señor, el cual ha titulado "El Maquiavelo de León":

1 -José Luis Rodríguez Zapatero presenta todos los perfiles necesarios para que se le pueda calificar de iluminado. Y, además, un iluminado que no controla esos impulsos.

2 -Son muchos los aspectos en los que identifica sus deseos con la realidad.

3 -Ofrece las características del profeta que confunde sus particulares visiones con mensajes que tiene que imponer al resto de los mortales.

4 -Pero no se trata de objetivos que miran directamente al bien del país, sino en la línea de cumplir lo que en realidad más parecen sus gustos, cuando no sus caprichos.

5 -Es un ‘político’, en el sentido más negativo de esa palabra. Reúne todo lo malo de ese adjetivo.

6 -Hay en gran parte de sus planteamientos una visión mesiánica: como si hubiera recibido el ‘encargo’ de conducir la nación por unos senderos determinados. El problema es que esos fines resultan ser sus propias fijaciones, que no guardan relación con lo que realmente necesita el país.

7 -La condición de Maquiavelo que le atribuye directamente el libro en su título se comprueba, entre otras cosas, en que los relatos reflejan que Zapatero miente.

8 -En la misma dirección, los datos que aportan los distintos interlocutores, sumados, muestran, con toda evidencia, que reúne los requisitos del conspirador.

Tan reveladora resulta para algunos analistas la lectura del libro, que llegan a considerar requisito de higiene ciudadana, para beneficio de la buena salud democrática del país, que su conocimiento fuera obligado para todos los españoles.
No sólo para que estén avisados de cómo actúa la persona que lleva los mandos políticos (y económicos) del país, sino también porque, cuantos más lo lean, más inteligente será el voto en futuras elecciones.

¡Ostras, Pedrín! ¿Se ha necesitado un grupo de sesudos analistas para llegar a la misma conclusión que yo y otros más que no tenemos estudios especiales?
En este caso, su recomendación de que sea leído sobra porque quien no se ha dado cuenta de que están adorando a un orate iluminado, no se van a enterar por mucho que lean. Obvio.

Y ahora, un cariñoso regalito para mis queridos comedores de alfalfa:

La boda de María, hija menor del magistrado procesado, que se desarrollo por lo civil, se celebró en abril de 2008 y la ‘ofició’ el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. Al banquete posterior asistieron 500 personas, algunos de ellos conocidos empresarios como Isidoro Álvarez.
Según personas que estuvieron en el banquete, Emilio Botín se sentó en la mesa presidencial.

Adivina adivinanza... ¿quien es "el magistrado procesado"?...
¿Cómo se come esta declaración de Garzón?:

El juez le preguntó por su relación histórica con Emilio Botín antes del patrocinio y después. Garzón afirmó que "pudo" haber coincidido con el banquero "dos o tres veces" en presencia de otras personas, pero sin aclarar con qué motivo. Y dijo que no le une con él "ninguna relación especial", ni antes, ni ahora, ni después.

Caramba... qué generoso, la vedette de lentejuelas ajadas... no sólo invita a la boda de su hija a un desconocido, sino que encima lo sienta en la mesa presidencial, a su lado...

¡Marchando una ración doble de forraje!

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