domingo, 4 de julio de 2010

Cosas de domingo

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El misterio del charco

La semana pasada llamé a la Guardia Urbana, pidiendo ayuda ante una inundación en mi domicilio. No, no vivo en un bajo ni Barcelona ha sufrido una tromba de agua que haya hecho sacar a la calle las barquitas hinchables playeras de los niños.
Estaba yo durmiendo tan a gusto, cuando mi hijo entró a despertarme. Lo hizo con mucha delicadeza y cuidado porque, aunque le costó un poco aprenderlo, ahora ya sabe que según cómo, puede recibir un zarpazo. ¿Qué quieren?, yo estoy durmiendo -con los ojos abiertos, eso sí, desde niña-, pero duermo. Y si alguien pretende despertarme con modos... digamos algo agresivos para mi gusto, mis zarpas salen disparadas solas. Que se lo pregunten a mi madre, que las probó más de una vez... ¡Uys, no!, para preguntarle algo a mi madre se necesita una mediúm porque falleció hace años. Por cierto, me pregunto por qué las mediúms son siempre "las". ¿No hay hombres mediúms? Si alguien tiene información al respecto, se ruega llamen al 901-200345. (En realidad es el teléfono de Hacienda, pero es para que se jodan).

Sigamos. Realmente, ya ví a mi niño nada más abrir la puerta de mi habitación, por la claridad de la luz del pasillo; la luz me despierta al instante, por débil que sea.

Le dediqué una mirada nada tranquilizadora porque lo mío me había costado conciliar el sueño, cosa habitual desde que nací. Cuando en el trabajo me dieron el horario nocturno fui feliz. Por esto y porque comandaba el grupo de mis mosqueteros, ¡juas juas! Nos divertíamos cosa mala porque entre llegada y llegada de camiones para cargar y descargar había bastante tiempo muerto al haber hecho ya la tarea para la próxima carga. Miky y yo dibujábamos en los ordenadores, pero como los demás no sabían usarlos, pues acabamos haciendo gam...




- Jem... jem... Leona...
- Dime, Bugs.
- ¿Qué quería tu niño?
- ¡Ayvá! ¡Es verdad! Cabesalamía...



Bueno, que me dice el chico que me levante y vaya a ver algo. Me acordé de su padre porque esto es una costumbre que los españoles tenemos muy arraigada, ya se sabe. Eché un vistazo al móvil que suelo tener bajo la almohada porque también lo uso como despertador. Las cuatro de la madrugada. Mirada asesina al niño; pero él como si nada, haciéndome gestos desesperados de que me apresurase. Pensé si se nos habían colado, deslizándose desde el terrado, los vecinos del principal que son ciudadanos del Este y ni sabemos cuántos son ni si siempre son los mismos o van rotando. Igual debería haber ido a mi estudio para coger las pistolas de mi padre, pero ni pensé en ello porque total, siendo de fogueo, molestan más que ayudan. Ya se sabe, una buena patada en los huevos es mano de santo, no mariconadas.

Me llevó al lavadero y... ¡joooooooooooooooodeeeeeeeeeeeeeeeeeeer! Hubiese preferido tener que enfrentarme a asaltantes de pisos que a lo que había. El suelo estaba lleno de agua y ésta caía en fino chorrito desde el falso techo de lamas metálicas, una de las cuales estaba a punto de caer y con una de las bombillas colgando del hilo eléctrico.
Subí al piso de arriba y llamé. Nada. Vale, había pulsado el timbre una vez y brevemente, que tampoco es plan de asustar a la gente a las cuatro de la madrugada. Volví a llamar. No. Una tercera vez. Ni flores. Me pregunto cómo van a trabajar estas mujeres -si es que trabajan-, porque si no oyen el timbre de la puerta que suena varias veces, no sé cómo podrán oír el despertador. Finalmente desistí y bajé a casa.

Hice una detallada evaluación de la situación. Además del chorrito del techo, caía otro a ras del tabique que separa el lavadero del cuarto de baño. Mi hijo ya había puesto una palangana debajo de la fuga del techo y el cubo de fregar junto a la pared, pero éste resultaba inútil, no recogía el agua que bajaba lamiendo el tabique por ambos extremos, el lavadero y el baño.
Había ya dos dedos de agua. No tenía periódicos y además, se necesitaría una hemeroteca de años. Abrí el armario y saqué todas las toallas, esparciéndolas por el suelo. No podía hacer más de momento.
A instancias de mi hijo, que dijo que se quedaría de guardia, me acosté otra vez, insistiendo en que me llamase si pasaba a mayores y sobretodo, que tuviese el oído alerta para cuando la piara de arriba diese señales de vida.

Por la mañana se había estabilizado, ya no caía agua. Preguntado mi hijo, dijo que sí, que había podido hablar con esa y había cortado el agua. Pero a las doce del mediodía volvíamos a estar igual y el agua ya había penetrado en el comedor y en la habitación de mis hijos. Harta, completamente harta, volví a subir. Me abrió la puerta la madre (son una viuda y dos hijas jovencitas), toda sonriente. "Sí, sí... Ya lo sé. Ya he avisado al lampista, luego vendrá". Conteniéndome, le pregunté por qué volvía a caer agua si, estando cerrada la llave de paso, ello era imposible. "Es que está puesta la lavadora. Cuando termine la cerraré".

¡MECAGOENTODOSUSMUERTOS! La "señora" es tan limpia que no puede dejar de lavar aunque yo salga nadando de mi casa. Es increíble. Purria asquerosa. "Pon un cubo", tuvo la desfachatez de decirme.
Fue cuando llamé a la Guardia Urbana porque esto era la segunda vez que pasaba, aunque la primera no causó tantos daños.
Como suele suceder -por si alguien no lo sabe-, tú llamas, te dicen que "ahora" van para allá, pero cuando llegan, en caso de haber heridos, se encuentran con muertos... O sea, que cuando al fin llegaron, no sé si después de pasar por todos los bares del barrio, ya no caía agua. Obviamente, la lavadora había hecho su trabajo.

Días después, otra vecina vino a casa y me invitó a la suya para contarme algo. La fulana de arriba se había rebotado al recibir la visita de la Guardia Urbana y habló con varios vecinos, intentando conseguir que la comunidad me denunciase. Ojo al detalle de que ella no da la cara. Ella no me denunciará, sólo mueve su lengua ofidia para que lo hagan otros. ¿Sobre qué quiere denunciarme? "El otro día vi a su hijo con seis bolsas de basura. Esto quiere decir que la acumula en casa".  De piedra me quedé. ¿Seis bolsas de basura? ¿Cuando ha visto esto? Mi confidente ya me dijo que nadie le hizo caso y alguien le preguntó si tenía pruebas. Obviamente no, puesto que es falso.

Es increíble la maldad de algunas personas, dispuestas a mentir y manipular hasta el punto de hacer el ridículo para salir favorecidas en lo que sea y como sea. Esta mujer es responsable de que la puerta del baño se haya podrido en los bajos, así como la parte inferior del marco, todo lo que estuvo en remojo durante horas porque el nível del agua en el suelo llegó a 15 cm. a pesar de las toallas que no consiguieron detenerla. El falso techo de lamas amenaza caer, desmontado. La pintura de las paredes del lavadero está horriblemente bufada y enseguida empezó a caer a trozos. El agua llegó hasta los muebles del comedor y entró en la habitación de mis hijos, ¡y ella pretende que la comunidad me denuncie a mí!

- Leona...
- Dime, Bugs.
- ¿Cual es el misterio del charco? No lo pillo.
- ¡Ja ja ja!, tienes razón, ya me había olvidado del misterio.

Efectivamente, ocurre algo extremadamente misterioso. Una vez reparadas las fugas de agua de la de arriba y el suelo seco, hace unos días en que en el suelo del baño aparece un charco. Lo misterioso es que aparece en el centro de la habitación y no hay señal alguna de que caiga del techo, ni provenga del tabique, ni se acerca para nada al lavabo, la taza del inodoro ni la bañera. Nada, ni el más pequeño reguerillo que delate su procedencia. Como si brotase del suelo.
El piso está reformado totalmente desde hace tres o cuatro años, no hay baldosas viejas o rotas. Además, es imposible que si hubiese una fuga de agua en el piso de abajo, esta aflorase hacia arriba, ¡imposible!

- Crunch... crunch... Leona...
- ¿Qué?
- ¿Quien vive en el piso de abajo?
- Sudacas que tocan lo que no suena con sus gritos y peleas constantes.
- Interesante... ¿No serán caribeños?... 
- ¡Bugs!

¡Atiza!, igual el conejo sinvergüenza tiene razón. ¿Harán prácticas de vudú? ¿Se les ha ido de las manos el asunto por chapuceros? ¿A quien tengo que matar para que dejen en paz mi casa? ¿Cuanto vale un kilo de garbanzos? ¿Es virgen Belén Esteban? ¿Zapatero tiene media neurona o sólo 1/4? ¿Me tocará la lotería? ¿Tengo que comprar un décimo para ello? ¿Puedo suicidarme tranquilamente, sin que culpen a nadie por ello? ¿Donde venden billetes para Marte?

¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!!

 .

4 comentarios:

  1. Vende el piso y mudate a un pueblo. L'Hospitalet está perdido, cada vez se parecerá mas y mas al Bronks.

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  2. Pero Jesús, si no hay un sólo rincón del planeta que sea tranquilo.
    Todo está revolucionado, es la ley de la selva, vayas donde vayas.

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  3. Hello everyone thanks for

    good information.

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  4. De nada, Anónimo.
    Gracias por la visita.

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