martes, 5 de julio de 2011

Facebook, esa mierda...


Nunca ha sido algo de mi agrado. Como he dicho varias veces, llegué allí por una causa que se fue al carajo pronto, dejándome la mar de planchada.
Me olvidé de ese nido de ratas hasta que varios amigos me llamaron allí y, una cosa por otra, usé ese medio por, como me dicen los que no son capaces de dejarlo: "No me fío de Facebook, pero sirve para darse a conocer".

Estupendo, muy bien. Pasa ahora mismo que yo tengo un problema con Facebook.
Primero, me han bloqueado la cuenta porque alguna rata ha hecho una falsa denuncia, afirmando que uso un nombre falso, cuando hasta las palomas de la Plaza Cataluña saben que me llamo Teresa Coscojuela.
Facebook es culpable por bloquear la cuenta de un usuario sin comprobar que una denuncia anónima sea cierta, dado que es el denunciado quien tiene que hacer gestiones para demostrar su inocencia, no el calumniador para probar su falacia.
Bonito, ¿no? Esto me suena de algo...

Según un amigo allí, avezado en estas lides, tengo que enviar a Facebook fotocopia de mi DNI. ¿Y por qué narices tengo que identificarme de semejante manera, si hay cantidades industriales de nicks a los que no se lo piden?

Namierda, no me da la gana y paso de ese nido de ratas. Pero... ¡estoy harta de recibir en mi correo notificaciones!
Son unas alimañas pestilentes que te impiden el paso, pero te bombardean el correo con su mierda. No puedo entrar para darme de baja de todas las páginas, esas en las que no me dejan participar, pero que me dan por saco constantemente, obligándome a mirar el correo por si se trata de algo importante.
Nada puedo hacer, Facebook se ha hecho dueño de mi cuenta de correo y, como dije un par de veces, hasta mi ex jefe puede recibir una invitación "mía" para verme allí al tenerle en mis contactos de correo, correo privado, no de esa porquería, cuyo dueño tendría que estar entre rejas.

¿Llegará a estarlo? Vaya usted a saber, porque saliéndole el dinero por las orejas...

Ojo al dato.

7 comentarios:

  1. Ahora viene Google +, ya veremos que tal red social es.

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  2. No cabe duda de que eres masoca, amigo mío ;D

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  3. A mi me parece que las redes sociales es una forma de perder el tiempo.

    Gracias por avisarme sobre lo del artículo aquél. Ya le respondí allí.

    Lo que estaba probando en los comentarios era a que salieran sobre una base, un background de otro color. Pero me parece que es más complicado de lo que pensaba.

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  4. Cierto, Bucan, es perder el tiempo tontamente, pasa que todos están allí amorrados.
    Algunos tenemos blogs y usamos Facebook para mostrar nuestras publicaciones, pero no todos los tienen y simplemente pasan la vida allí, diciendo tonterías. Incluso explican lo que van a cenar y cuando se van, se despiden con un buenas noches en su muro, dejando un buenos días cuando se conectan. Patético.

    Voy a ver lo que has respondido, je je je...

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  5. Teniendo en cuenta la poca privacidad que hay en estas redes sociales, a fin de cuentas sólo se hacen conocidos a través de la red, lo cual tiene muy poca consistencia a nivel personal. Otros aprovechan para buscar a según que personas y reirse del prójimo, decir presisamente eso "tonterías".

    Un saludo.

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  6. Así es, Anónimo.
    Pasa que yo lo usaba para poner los enlaces a mis publicaciones, tanto las de política en este blog, como las del oficial de la que fue mi delegación, PxC L'H, así como mis artículos en el diario Alerta Digital, sólo porque allí está la gente de la PxC y como digo, son muy pocos los que tienen blog.
    No son capaces de escribir, se limitan a pegar enlaces a noticias y santas pascuas, pero al menos estábamos todos en contacto.

    Por esto alguien me han denunciado falsamente, para silenciarme, para quitarme de la vista. La envidia les corroe a unos cuantos.

    Ya nos encontraremos al final del camino...

    Salud.

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  7. ¡Ah!, por cierto, hoy he descubierto la soberbia mentira de uno de esos ratas de mi ex delegación.

    Resulta que en Facebook hace creer que está sólo, arrástrando el recuerdo de un amor no correspondido, que lleva ocho años esperando su regreso, incapaz de rehacer su vida.
    Incluso yo le consolé y aconsejé cuando aún no se me había tirado al cuello.

    Y esta mañana, comprando con una vecina, me dice al pasar por la tienda de videojuegos del barrio:

    - ¡Mira, ahí está Toni, en su tienda!
    - Ah, ¿esta es su tienda?
    - Sí, está con su mujer y el niño.

    ¡Paaatachof! ¿Qué mujer? ¿Qué niño?

    Vaya con Toni, la niña de los ojos de Daniel Ordóñez, llevando una doble vida, engañando a más y mejor a los compañeros.

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